El baúl de las cartas perdidas

El grito, espada y lagrimas

Para las no amadas...

Mientras caminaba escuché un corazón romperse. Entre los adoquines de la calle, estaba tirado en el suelo emitiendo sonidos, estaba gritando. Un grito de dolor, su familia, las estrellas negras que dejaron de iluminar su camino y lo hicieron sentir que no vale. Vi un demonio reírse, se quería llevar su alma ofreciéndole ahogar su dolor por unos minutos. Luego un Angel sin rostro ni nombre se le acercó y quitó las sustancias, ahora quien lloraba era el demonio. Sin escuchar la voz del angel mas sino el llanto. Una espada lo atravesó y el corazón volvió a caer pero ésta vez dejé al angel morir y corrí con el corazón en mis manos. Corrí y detrás de mi el angel oscuro, las estrellas negras y el cielo en sangre. No dejaría un corazón roto en el suelo, la dejaría a ella sola si yo hubiese sido aquél angel, nunca hubiese sido débil para ella y ahora moriré con el dolor que no es mío. Intenté dormir, pero todo el amor que la rodeaba estaba muriendo, ella era una estrella olvidada. Estuve a su lado sin conocerla, sin quererla. Solo vi un corazón en dolor. No escondas tus sentimientos, querida, o no serás amada. No tengas miedo de ser recordada o serás olvidada.
Lloras desesperadamente porque te encuentras sola pero yo he estado aquí y tu solo te quieres ir. Muestrame tus cicatrices y yo te demostraré mi dolor, saca tu corazón y arrojalo al fuego y aún yo iré a buscarlo. Eres una estrella fugada no un corazón, viniste a parar aquí y ahora con tu vida en mis manos. No te quiero dejar ir pero tu solo quieres morir, te arroparé en mantos rojos y recogeré tus lagrimas. Se las daré al demonio y luego morirá del veneno que hay en ellas. Iré al infierno con él y haré al diablo llorar. Iré a la tierra y danzaré contigo en la lluvia. Iría al cielo pero no llegaré, volveré a donde ti cuando te quebrantes de nuevo, te abrazaré una vez más aunque haya muerto por ti. Querida estrella que vi llorar cuando el angel y tu morían, aunque mil angeles mueran para que tu vivas nadie quitará tu sonrisa ni la luz que escondes. Otras mil estrellas se volverán oscuras pero tu permanecerás como la espada que mató al angel, como tú corazón en mis manos. Como la sangre en el cielo y como el dolor eterno, pero yo estaré a tu lado cuando vayas al infierno y regreses.
EGUTZMAN

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