La carta de Benjamin Rech

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Para ti, que has abierto la puerta y ahora lees esto-

Antes de que me des la espalda y quemes la carta, te entrego esta flor que tanto esperaste algún día. Es para recordar las memorias, las risas, los llantos y las noches que mirábamos la luna juntos. Pues al parecer en este mundo no muchos valoran el significado de ellos en mi vida, lastiman y luego te abrazan con un perdón. Te fuiste con el corazón roto por un amor no correspondido, pero has regresado con mil palabras que nunca podrás decir. Camino lejos cuando me lastiman y quizá nunca regreso. En un lugar en el corazón hecho pedazos siempre quiere regresar a ti. Nunca entenderías mis razones pero te dije que mi amor era como el fuego de un dragón que arropa a una ciudad entera, como el amor de un plebeyo a una doncella. O quizá eso somos. Alzo mi copa con el vino del rojo de tus labios y brindo por una noche más de soledad, al menos yo. Te puedes ir porque siempre recuerdo a todos los que se van, y siempre se van. Los amigos me advertían que las mujeres no tenían espinas en el corazón sino en sus manos, yo no los entendía hasta que si bien dejaste un par de huecos en el mío cuando te lo entregué. Caminamos juntos en el agua, dirigimos a los reyes y les robamos a los ladrones, matamos a los asesinos y a los orgullosos los hicimos comer su propio orgullo. Tu último beso enveneno mi alma y de entre todas las cosas que no te pude dar, fue esta carta y esta flor. Te declaro culpable del amor, y también de mi dolor. Las hojas de Septiembre caen, mis años de vida junto a ellas. Las rosas del amor, sus pétalos caen, vuelan a las cenizas donde el dragón quemó la ciudad. Me escondo en el bosque del olvido para que nunca me puedan encontrar. Devuélveme mi agónico corazón. Devuélveme nuestras canciones, nuestros bailes. No ahogaré mis penas con el licor, como un caballero que no pudo rescatar a su princesa. Y eso porque el dolor ya me ahogó. No hay nada más puro que el amor pero incluso eso deja de existir. Caeré en el abismo y entregaré mi alma por la tuya, ¿serás feliz si me voy y no regreso? ¿Me extrañarás? No me busques, no me encontraras. Mientras más me olvides, más me recordarás.

-Con amor y odio, Benjamin-

EGUTZMAN

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