Todo oscuro sin ella

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Para los rotos por si mismos


Intenté llenarte, intenté ser completo en ti. Solo estoy recostado en la noche, la oscuridad devora mi rostro hasta llegar a mi corazón como si las garras de unas manos putrefactas salieran de la superficie y me consumieran por mis pecados. Y mi peor error, haberte lastimado tanto. Ellos cobran el precio de mi error cada vez que el sol ya no está. Entonces estoy yo, solo de nuevo. Como quisiera protegerte y cuidarte, pero ni siquiera pude protegerte de mí mismo. Esta es la ultima noche donde miento. Donde me miento a mi mismo al fingir que no te amo y que no me odio a mí mismo. Confíe tanto que pensé que podía confiar mi locura en ti. Rompí esa sonrisa inquebrantable, rompí ese bello corazón e hice llorar esos ojos que brillaban con amor. Quería que me cuidaras más de mis propios pensamientos, de mí mismo cuando me pierdo en mi mente. Lo siento mucho por haber puesto en ti un gran peso, lo siento mucho por presionarte a entender mi locura, mi yo fuera de mis cabales. No te abandonaré, aunque tú ya te hayas ido. Sufro la culpa del abandono y quiero compartir mi locura con una mujer que sea mi espejo. Que verdaderamente me entienda y me crea. Que haya tomado de su propia dosis, que juntos nos envenenemos de amor, pasión y sudor. Y me duele de cierta manera que no seas tú, quien fuiste mi universo y mi religión. Mi droga y ahora mis penas. Es triste saber que no eres mi espejo, aunque sí mi balanza, pero desde que ya no estas no hay equilibrio en mí, no hay nada cuando eras mi todo. Quizá yo debería morir. Enterrarme vivo y renacer porque aún no te puedo decir adiós. ¿Cómo pude perderte? ¿Ya estoy muerto? -EGUTZMAN-





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