Segundo Lugar

Capítulo Diez

Tener las llaves del hogar de Donghae lo hizo feliz, pero la presencia de Kibum aún le preocupaba. Con cada mención de Kibum, parecía cada vez más pesado, pesaba sobre sus hombros y lo hacía tropezar y tambalearse. Donghae comenzó a cancelar casi todas sus citas a favor de Kibum, disculpándose y diciendo que era solo porque se iba en unas pocas semanas.

—Solo quiere pasar el rato. Lo siento —decía Donghae y Hyukjae solo se mordía la lengua y asentía—. Saldremos en otro momento. No te importa, ¿verdad?

Sí. —No claro que no.

Todo el tiempo libre de Donghae fue para Kibum también. Ahora apenas veía Donghae, excepto tal vez una vez por semana durante unas horas. No ayudó que Donghae pareciera hablar con Kibum con mucha más frecuencia que con Hyukjae ahora. De hecho, Hyukjae estaba atrasado con las noticias nuevas sobre el otro, como cuando Donghae descubrió que actualmente era el máximo anotador de la liga o que su Audi no funcionaba correctamente. Kibum había sabido ambas cosas antes que él, simplemente porque Donghae se lo contó.

—¿No lo sabías? —le preguntó Yesung mientras hablaban sobre cómo se le pidió a Donghae que respaldara un nuevo diseño de reloj de una marca muy famosa.

—Parece que no sé muchas cosas hoy en día —dijo Hyukjae, con la intención de que sonora bien y fuera un poco bromista, pero estaba seguro de que falló. Yesung le dedicó una sonrisa comprensiva.

Solo unas pocas semanas más.

A pesar de sus esfuerzos por aceptar, sabiendo que alguien más actuaría igual si no hubiera visto a su mejor amigo en tanto tiempo, Hyukjae no pudo evitar la irritación y, como era de esperar, las preocupaciones. Parecían crecer con cada día que pasaba.

¿No debería Donghae querer pasar más tiempo con él? ¿No debería elegirlo sobre Kibum?

Y la peor parte era preguntarse si Donghae acababa de interesarse en él porque Kibum no había estado allí.

Hyukjae siempre fue el menos atractivo, el último elegido.

¿Por qué debería cambiar eso ahora?

No mostró su frustración hasta el siguiente fin de semana cuando salieron a jugar fútbol con Yesung, Ryeowook y Kibum. Normalmente las parejas se emparejaban, pero esta vez Kibum y Donghae querían jugar juntos.

Eso había dolido.

Inicialmente, se suponía que Hyukjae debía jugar en su equipo, pero Ryeowook insistió en que Hyukjae debía jugar para ellos, ya que era terrible. Estaba bastante agradecido, en realidad, porque no quería jugar en el mismo equipo que ellos. Pero si ver a Donghae y Kibum juntos no fue lo suficientemente malo, cuando Donghae pateó el balón hacia la portería, Hyukjae no pudo bloquearlo, sintió esta sensación de traición. Era ridículo, lo sabía, pero tenía ganas de estallar en lágrimas o golpear a Donghae en la cara.

Tal vez ambos, probablemente ambos.

—Hyukjae —Ryeowook trotó hacia él y lo ayudó a ponerse de pie después de que se tiró al suelo sin gracia. No ayudó que el terreno alrededor de la portería fuera desigual y que hubiera mucha tierra descubierta—. Te lastimáste el brazo y el codo.

—No está tan mal —murmuró Hyukjae mientras inspeccionaba la piel roja y dañada.

—¿Estás seguro? Parece que duele —dijo Ryeowook preocupado y ligeramente sacudió el polvo de la tierra. Volvió a mirar a Donghae y a Kibum, en medio de la celebración, y le dirigió a Hyukjae una sonrisa comprensiva—. Antes eran mejores amigos, por eso son así. Y Kibum siempre quiso jugar fútbol, ​​antes de irse a estudiar inglés.