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Le dolía la cabeza pero no podía recordar la razon de su malestar.

Solo sabía que se encontraba aturdido en una cama que no lograba reconocer.

La cama era muy pequeña para ser la que compartía con Chuya y las sabanas eran diferentes a las que estaban en la habitación de invitados.

Parpadeó repetidamente tratando de conseguir un poco de lucidez y poco a poco su vista se fue aclarando, pero aun sentia ese molesto dolor palpitante en el craneo.

Estiró los brazos en busca de algo que le ayudara a ubicarse, pero sus manos se toparon con un pequeño bulto demasiado cerca para su gusto.

Chuya es pequeño pero esto es una exageración.

Haciendo lo posible por evitar hacer ruido –pues el dolor de cabeza lo hacía maldecir algunas veces– consiguió sentarse en aquel colchon para poder analizar ese cuerpo envuelto en sabanas y cuya identidad desconocía por completo.

Apenas se acomodó en aquel lugar el bulto comenzó a moverse, lo que sea que estuviera ahí había despertado finalmente.

—¿Amor? —¡¿AMOR?! Esa voz no pertenecía a Chuya y el JAMÁS le sería infiel a su pelirrojo. — Al fin despertaste ¿Fui muy exigente añoche?

Aquella voz la conocía pero no podía recordar a quien le pertenecía, era una voz bastante infantil posiblemente la de un niño.

¡¿Y por que un niño lo trataba de Amor?!

Una pequeña mano surgió de entre las cobijas y retiro parte de estas dejando ver a un extraño niño mitad albino y mitad castaño.

¡El conocía a ese niño! Era aquel diabólico primo de Chuya que molestaba en cada una de las reuniones familiares a las que asistía.

La pregunta era:

¿Que hacían juntos en la cama y por que lo llamaba amor? ¡¿Y como era eso de ser exigente anoche?!

—¿Qué? — A pesar de tener muchas preguntas girando en el torbellino que ahora era su mente esa fue la única palabra en salir de sus labios.

Sentia frío, estaba seguro que ahora tendría la apariencia de un fantasma. Su corazón latía tortuosamente lento pero estaba seguro que empezaría su carrera en cualquier instante.

— ¿Ummh? ¿Pasa algo amor? No te ves nada bien. — Aquel demonio estiró su pequeño brazo para poder tocarle la cara. — Estas muy pálido ¿Quieres una aromatica?

Apoyo su peso en una mano y con la otra retiró la del niño.

—¿Que pasó anoche? —Utilizó su mejor arma para los momentos en donde no tenía el control de la situación: Su cara de poker.

—¿Que pasó anoche? —El niño dio una risilla para nada inocente y continuó. —Parece que si fui muy exigente si no eres capaz de recordarlo. Tuvimos sexo en la bañera casi toda la noche~.

Su mascara de indiferencia estuvo a punto de derrumbarse al escuchar la palabra "Sexo".

¿Sexo? ¡¿El?! ¡¿Con el primo de 10 o quizas 11 años de Chuya?!

Antes de que pudiera siquiera gritar un ruido estruendoso los asusto a ambos.

El reloj despertador estaba sonando con la intención de dejarlos con problemas auditivos, que estaba seguro esa cosa no iba a pagar.

—¿Por qué siempre madrugas tanto? —¿Mardrugar ÉL? Parecia que aquel demonio no lo conocía en lo mas mínimo, el jamás madruga es Chuya quien lo tira de la cama para que despierte. —Da igual, debemos ir al colegio.

El niño retiró la sabanas que lo cubrían permitiéndole ver la camisa que vestía, si la CAMISA por que el niño no llevaba puesto nada mas que eso, camisa que por cierto parecía de su pertenencia por el tamaño.

—Si quieres podemos continuar con lo de añoche~ —Yumeno se había percatado de su mirada fija en el y no dudó en hacer ese sucio y asqueroso comentario.

¡¿Que creía que era?! ¿Un pedofilo?

Claro, esa fue la propuesta mas repulsiva que le habían hecho en la vida. Aunque si se tratara de Chuya la cosa hubiera sido completamente diferente.

Amaba hacer el amor con Chuya en la bañera, beber directamente de la piel de su pelirrojo era el paraíso y ni hablar de lo dócil que era en un lugar tan cerrado...

De solo recordarlo se estaba excitando.

Sacudió la cabeza para alejar aqueños hermosos y agradables pensamientos de su mente.

Necesitaba cabeza fría para entender lo que pasaba a su alrededor. Se levantó de la cama y una corriente helada lo hizo tiritar, el niño no era el unico que iba semidesnudo.

El portaba únicamente un bóxer y sus vendas habían desaparecido. No tenía claro si sentía asco o miedo.

—Con que el colegio... —Estaba seguro de ya haber pasado esa etapa de su vida, pero en ese momento no esta seguro de nada.

Con miedo de lo que pudiera encontrar al entrar al baño prefirió solo ponerse la ropa que encontró en un armario y salir así de la habitación.

Las cosas no podían empeorar ¿Verdad?

Gracias por leer ❤️
Espero que les haya gustado y me disculpo si hubo algun error ortográfico.

Es posible que esto sea un three-shot. Espero que les guste este ff raro.

Y si alguno esta leyendo " Ventana " y espera la actualización aviso que ya el capítulo esta listo, y lo subiré esta semana.

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Un buen golpe [Soukoku] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora