¿Qué no podía empeorar había dicho?
Nunca le había sabido tan amargo equivocarse.
Claro, si no tenía en cuenta cuando fallaba en la elección adecuada de palabras y la ira de Chuya caía sobre el con todo el peso y fuerza que alguien de metro y medio no debería poseer.Pero aquello ya era dolor físico, así que no entraba a competir.
Al llegar a aquella horrorosa institución recordó todos esos momentos vividos con sus amigos y actual pareja.
Buenos, malos y algunas escenas de celos.
Aunque con la situación del niño que entraba al colegió agarrando su mano—Con la fuerza que caracteriza a los Nakahara— Comenzaba a dudar de ese "actual".
—Vamos, no quiero llegar tarde. —Lo apura el niño. Jalá de su mano para obligarlo a entrar a aquel edificio que repudia tanto.
A regañadientes siguió la instrucción del niño y camino desalentado hacía la entrada.
Tal vez pueda encontrar a alguien que pueda ayudame a entender lo que está pasando.
Claro esas esperanzas no duraron mucho, a penas había dado unas vueltas por los pasillos y choca con la escena mas alocada de la que Atsushi sera protagonista.
El albino había acorraldo a la que creía era lucy — aquella chica que trabaja en su cafe favorito y tenía la clara intención de ligar con atsushi— daba la impresión de que en cualquier momento tendrian sexo en pleno plasillo.
También estaba la pequeña Kyoka aparentemente esperando su turno, el vestido rosa que llevaba le ceñía el cuerpo y dejaba demasiadas cosas a la vista, en el momento en el que Atsushi saltó a Lucy le saltó encima comenzando una pelea inmediata entre las dos chicas.
Atsushi solo miraba divertido como las chicas que tenia en brazos estaban a punto de arrancarse los ojos mutuamente, la chaqueta y botas de cuero negro que portaba le daban un aire de chico "malo" del instituto.
Pero a sus ojos se veía ridiculo.
—¡Hey! Atsushi. —Yumeno había llamado la atención del chico que abandono a los dos chicas en cuanto pudo ubicar de donde lo habian llamado.-Pagame lo que me debes.
—Si, si lo se. —La cara de hastío que tiene le da a entender que no es la primera vez en la semana que tienen esa conversación, el albino saca de sus pantalos una billetera y le devuelve 5000¥ al niño.
—Pareciste olvidarlo toda la semana, pero gracias por devolverme el dinero. —Odia ese tono autosuficiente que posee el niño para hablar, antes de que algún comentario se le escapase Kyoka y Lucy vuelven para abrazar al que antes creía un niño sano y puro.
—Bueno tengo que complacer a estas gatitas nos vemos despues. — Las niñas que antes creía decentes solo rieron cuando el albino les dio una nalgada y se las llevo de camino a la enfermeria.
Ya se hacía una idea de lo que pasaría ahí, el también lo había hecho.
Al parecer Yumeno se dio cuenta de lo sorprendido —Y no de forma grata— que estaba, por lo que solto una carcajada aterradora digna de aquel niño del demonio.
—Cariño, ya sabes que Nakajima es un pervertido amante de los trios. El ya no es el niño que cuidaste en la guarderia.— A Akutagawa no le gustaría escuchar eso.
—Eso lo se. —Creo.
—Bueno aqui nos separamos tengo que ir al aula de maestros para arreglar algo, nos vemos amor.
Yumeno trató de darle un beso que obviamente rechazó, desde hace años sus labios y el resto de su cuerpo eran propiedad privada e intransferible de Chuya Nakahara.
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Un buen golpe [Soukoku]
أدب الهواةDazai se levanta aturdido, se encontraba en una cama ajena con bulto de identidad desconocida a su lado, que estaba seguro de que no era su Chuya. Todo se torna aún mas bizarro al volver a su antiguo instituto.