-Antes de que Sebastián pudiera abrir la puerta una voz reconocida abrió la puerta con gran entusiasmo-Elisabeth: Cielllll has llegadooooo .
-Ciel ladeo los ojos molesto, miro a Sebastián y luego suspiró, era hora de la pantomima, volvió a mirar a Elisabeth y como todo un profesional sonrió dulcemente e hizo una reverencia, tomo delicadamente la mano de Elisabeth y la besó suavemente, se estaba aguantando las arcadas-
Ciel: My lady...
-Elisabeth tomó la mano a Ciel y lo arrastró hacía el banquete ya que pensó que después de un viaje largo necesitaba algo de comer y beber. -
-Una vez en la mesa Elisabeth llamó a sus sirvientes para que le ofrecieran un vaso de zumo, pero el sirviente de gafas oscuras tropezó y le tiró todo el vaso encima.-
Sirviente: Lo siento mucho ahora traigo prendas nuevas.
-Mientras el sirviente se disculpaba Sebastián acompañó a Ciel en una habitación cerrada para que pudiera cambiarse.-
Ciel: El día no podría ir peor, primero casi me secuestran y ahora voy a tener que ponerme un recambio de ropa que elija Elizabeth.... que mas puede pasar Sebastián? Ugh... el zumo es pegajoso, date prisa y desvisteme.
-Dijo intentando por todos sus medios mantener las manos alejadas de su propia ropa para no mancharse aún mas, estaba deseando acabar con la cita de Elisabeth y marcharse a casa con Sebastián.
Yes my lord -dijo Sebastián con una voz seria, inclinando su torso para hacer una reverencia-
-Mientras Ciel se paraba para que le quitaran la ropa, Sebastián empezó a quitarle la chaqueta, luego el lazo del cuello y por último la camiseta de cuello alto.
- En ese momento Sebastián se sonrojó al ver su torso nuo de su querido amo. Sin pensarlo dos veces lanzó a Ciel a la cama de la habitación de invitados.
Sebastián se colocó encima suyo y sus manos fueron directamente hacía las suyas donde estaban encima del cojín.
Sebastián: Oh amo, se os ve un poco atrapado, parece que puedo hacer todo lo que yo quiera a no ser que tu me lo ordenes.
-Ciel se sorprendió sobresalrandose al sentir su espalda contra la cama sin avisar previamente, antes de poder incorporarse sintio la presión del mayor contra sus manos, impidiéndole moverse. Confuso, después de intentar moverse sin resultados se dirigió a Sebastián
Ciel: S-se puede saber que haces Sebastián? Sueltame!
Oh mi querido Ciel, me encantas como estás... sería una pena si te mordiera.
-Sebastián empezó mordiéndole el cuello mientras lo chupaba con sus ansias de hacerlo suyo. Una vez se alejó de su cuello miró fijamente a sus ojos azules cian y dijo.
Ciel, no quiero que estés con Elisabeth quiero que seas mío. -le besó-
ESTÁS LEYENDO
Ciel y Sebastián
Ficțiune științifico-fantasticăUn relato de ciencia ficción basado en el manga de kuroshitjui