V.

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¡Y estoy viva! Zayn conduce como un loco pero, tengo que reconocer que fue un subidon de adrenalina increíble, sinceramente, me encanto. Y no me importaría repetir cualquier otro día, con él, porque en otra moto con otra persona, no tendría la misma sensación de peligro pero a la vez de segura que tuve junto a él.

Ambos, lógicamente, llegamos justitos de tiempo a clase, unos segundos antes de que entrase el profesor, que fue directo al grano y comenzó a repartir exámenes, nos separo (ya que estamos sentados por parejas, yo, con Zayn en absolutamente todas las clases) y comenzamos con el examen, al menos la mayoría y ya os puedo asegurar que Zayn no hizo nada. Bueno, poner su nombre.

Ahora estoy sentada en el patio, es hora del recreo y devoro mi bocadillo de tortilla, estoy con las chicas, que no paran de criticar a todas la que pasan. Normalmente, si no conseguimos salirnos del colegio a esa hora(esta prohibido, incluso para nosotras, de último curso de Bachiller y con los dieciocho al caer) ya que en realidad no podemos, y es que el año pasado atropellaron a un alumno de último curso en frente del colegio, quien fue responsable, este año, se quieren evitar problemas. Nos quedamos dentro haciendo el tonto o sentadas en la poca zona de césped que hay mirando a todo el que pasa y criticando, sin maldad, cualquier fricada que le notemos.

- Mira, por hay va Zayn- dice Lorena, susurrándome, pero no lo suficientemente bajo como para que no lo escuchen las demás

- ¿Qué murmuran, eh? Dejen los secretitos, ¡o nos enteramos todas o ninguna!- dice Mónica, que es la más chismosa y la que todo quiere saber

- Si, ¿Qué pasa?- pregunta Niki, la italiana que llego este año pero que ya esta integrada entre nosotras, es un poco molesta, aparte de la más guapa, pues ya ha estado con más de uno del instituto.

- No pasa nada- digo mirando a otro lado- ¿sabéis algo de Marta? Ya es miércoles y todavía no aparece por aquí

- No se, ayer la llame y esta mañana le hable por el pin*, pero no responde- dice Mónica encogiéndose de hombros

- Que raro- dice Lorena pensativa- la semana pasada se comportaba raro, deberíamos ir a su casa, quizás este enferma

- Yo no puedo, tengo que estudiar para un examen de Literatura- dice Mónica

- Yo tampoco, he quedado con un amigo italiano que hace mucho no veo- dice con su acento italiano y una sonrisa pícara Niki, yo solo niego con la cabeza

- Pues vamos tu y yo, Lore- la miro y ella hace una mueca- ¿ o tampoco puedes?- pregunto algo molesta

- No, es que me voy de compras con mi mama, te dije que ahora tiene una tarjeta de esas y me va a llevar a comprar algunas cosas, creo que se siente culpable por como se porto el otro día conmigo, y ahora me hace la pelota- dice orgullosa

- Pues genial, iré yo sola, ya que- dice algo molesta, vaya amigas.

Después de haber comido sola con mi madre, mi padre seguía en la calle buscando trabajo, salí de casa tranquilamente. Es temprano, recién las cuatro y media, a esta hora normalmente Marta estará en su casa viendo Friends, su serie favorita, cuando llego a su portal toco en el tercero A, pero nadie me atiende, espero un rato y nada. Vuelvo y toco. Nada. Y otra vez. Y habla su madre:

- ¿Si?

- Hola, ¿esta Marta?- pregunto poniendo la voz más dulce que me sale, aunque no lo puedo evitar, me sale esa voz dulzona cuando hablo con una persona más mayor que yo o que no conozco

- ¿Eres Daniela ?- pregunta dudando de si es mi voz

- Si, señora, ¿esta?

- No, ¿es que no la viste hoy en clase?

& así... el tiburón se enamoro del pecesito| z. m. | Adaptada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora