Capítulo VI

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Las lágrimas y las uñas clavadas en su piel no perdían para nada una pizca de intensidad. Yeri se encontraba echa una bolita, en la esquina de su habitación, intentando calmar su nerviosismo clavando las uñas en su brazo, pensando que el dolor físico la haría olvidar del daño emocional.

Realmente odiaba pelearse con Seulgi.

Pero le desesperaba, le irritaba que actúe como su madre o de forma sobreprotectora, ella nunca tuvo familia, no quería que su mejor amiga lo sea. Al menos no en ese sentido. Entendía sus miedos, sus preocupaciones y sus ganas de ayudar; pero Seulgi no entendía los miedos que ella tenía, o hacía oídos sordos a los mismos, pasándolos por alto.
Su llanto se calmó un poco al sentir aquellos brazos rodeando su cuerpo, sabía de quién se trataba y le sorprendió que haya demorado tanto en llegar. Seulgi no dejaría a Yerim sola en un ataque, ni aunque la fuesen a matar por ello.

—Hey, mi amor, no hagas eso —le habló con calma, sosteniendo su mano y apartándola de su brazo, viendo sus uñas bien marcadas en el mismo— no te lastimes, estoy aquí...

—P-pensé que no querías verme...

—No lo dije en serio, Yerimmie —se acercó a ella y secó sus lágrimas, besando su nariz una vez que terminó— lo siento mucho, siento haberte provocado esto. Demoré en llegar porque no sabía bien como enfrentarlo.

—Siento ser infantil e inmadura, Seulgi.

—No lo eres, yo lo soy, me preocupa tu bienestar pero no me preocupo por lo que tu quieres, sé que eres fuerte Yerimmie, se que puedes con muchas cosas... Pero me pongo nerviosa al saber que estás en peligro.

—Yo también me pongo nerviosa al verte en peligro, Seul... Por eso no quiero que te arriesgues por mí.

—No me gusta que me ocultes cosas, ¿si? No lo hagas más, podemos llegar a un acuerdo, pero no me escondas nada, nunca más.

—¿Dejarías de tratarme como una bebé si hago eso? Nunca tuve una madre, no quiero que mi mejor amiga lo sea.

Seulgi tragó saliva y asintió. Sabía que muchas veces era demasiado sobreprotectora con Yerim y se lo auto reprochaba, no podía controlarlo. Pero prometía intentar dejar de hacerlo si Yerim prometía notificarle todos sus movimientos.
Yeri se tiró a sus brazos, los cuales la envolvieron rápidamente, se quedó un largo rato allí hasta que su respiración volvió a la normalidad, luego de eso, Seulgi intentó curar un poco los rasguños que la menor se había hecho en su brazo, para después prepararle una enorme taza de chocolate caliente, como le gustaba.

—Entonces, ¿de qué no me estoy enterando?

Yeri inhaló, empezando por disculparse por haberle mentido y siguiendo con todo lo que su padre le había dicho por llamada, incluso habló sobre Wendy y su historia con ella. Seulgi la escuchaba atenta y se mordía el labio en una forma de preocupación. Esto para nada era una vida normal.

—Y... Basicamente eso es lo que estuvo pasando.

—Tu padre es un imbécil.

—Ni que lo digas.

—¿Pero sabés que? El viernes hay un baile, para recaudar fondos, ¡Irene me invitó a ir! —dijo esto último emocionada, pues era tu interés romántico desde hace ya unos cuantos años— creo que ahí puedes tomar cartas en el asunto.

—Espera, mi padre poco importa, ¡Bae Joohyun te ha invitado a salir! Seulgi, llevas enamorada de ella desde hace años, ¿y no me lo has dicho?

—Tu tampoco me dijiste sobre Wendy.

—Bien, ganaste esta vez, Kang.

—Como te decía... ¿vas a aprovechar la posibilidad del baile para terminar con todo este desastre?

「 Grapes. ፧ WenRi 」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora