III.

177 20 1
                                    

Louis.

—¡Oops! Mira eso—Harry largó una risa escandaloza, pero linda, al verme.—Te va a matar.

—Alcé mi vista luego de inspeccionarme.—¿Quién?—Sonreí mientras observaba su rostro.

*

Luego de golpear la puerta, Rosa salió a abrir, me miró de arriba a abajo y yo sólo mire al suelo.

Esta me agarro de la oreja y me metió, Harry miraba desde abajo de la escalera principal toda la escena.

—Sí crees que puedes hacer lo que tú quieres, estás muy equivocado.—Harry sonrió de oreja a oreja y largo una leve risita al verme.

Estaba en mi cama recostado luego de beber la horrible sopa que Rosa me daba diariamente desde mi llegada, pero igual, era mejor que comer frutos sin madurar de los árboles.

Mi mirada se encontraba perdida en el techo, una lagrima se escapó de mis ojos al recordar mi verdadera vida, pero la limpié rápidamente antes de que Hans terminara de subir las escaleras.

—Vine para darte las buenas noches...—Me miró y me puso otro acolchado.—¿Qué es esto?—Miro mi libro que tenia la foto de Fizzy escondida.—¿Es tuyo?—Asentí y sentí el libro desprenderse de mis manos.—¿Por que querría un niño cómo tu leer algo así?—Alcé los hombros y seguí viendo el techo—¿Seguro de que es tuyo?

—No siempre fue mío.—Susurré poco audible.—Le pertenecía a mi hermana...

—Entiendo, ¿tú hermana se llamaba...—Miró la primer hoja—Petter Kugfinn?—Miré a otro lado, me había descubierto—¿Sabes lo que dice aquí?—Señaló el titulo y negue con mi cabeza aguantándome las lágrimas— ¿Quieres saber lo que dice? Yo tampoco soy bueno leyendo.—Sonrió y se me escapó una risita.—Vamos a tener que ayudarnos.—Me levanté y me senté a su lado—Comenzaré...—Se puso sus anteojos.—''El manual del cuidador de tumbas''...Okay.—Ambos reímos leve.

*

Terminabamos de entonar una canción nazi, cómo todos los días antes de ingresar a nuestras aulas.

¿Quién díria que esa noche todo cambiaría?

¿Quién diría que esa noche sería la ''noche de los vidrios rotos''?

Parentesís.

Max.  (Liam Payne)

La noche de los vidrios rotos: Aquella noche fue un día de noviembre, de 1938, claro. Todos rompían y despedazaban bibliotecas y comercios de libros, golpeaban a sus dueños, los maltrataban en plena calle, a sus hijos, no les importaba la edad, ellos solo golpeaban hasta a los bebés.

No te golpeaban entre uno, eran 6 personas contra tí, eran seís nazis por persona y agradece no haber muerto, agradece no haber nacido judío en Alemania.

—¡Abran!—Venían en busca de ellos, en busca de una pequeña familia judía.

La puerta se abrió de par en par, la madre y su hijo de 22 años se abrazaban con el corazón en la boca.

—¡Max!—El soldado miró al hijo de su amigo y a su señora esposa.—Puedo llevarme a uno, tengo documentación falsa, sabía que te encontraría por aquí.

—¡Llevate a Max!

—¡Llevate a mi madre, vamos madre no hay tiempo, vé!

—¡Max!—Me miró llorando, en tono de suplica.—Lo harás, por el recuerdo de tu padre, lo harás.

—No hay tiempo para esto Max, uno o ninguno.—El chico agarró su sacó y su maletín ya preparado de emergencia, besó a su madre, por última vez, y el soldado le entregó unos papeles.—Aquí están los papeles, no son perfectos pero funcionan.

Shelling.  |Larry Stylinson fanfic|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora