X.

62 9 2
                                    

Louis.

—¡Louis!—Harry corrió a mi, tirandome al suelo y empapandome de nieve.

—¿Eres tonto?—Fruncí el ceño y este me ayudo a levantarme—¡Mamá me dió un buen zape luego de la guerra de nieve!—Harry rió a carcajadas.

Había dos opciones:

1. Harry es un ser de luz que con su risa te transporta al cielo.

2. Mis hormonas están alborotadas, y deseo besarlo un mega trillón de veces más.

Creo que ambas opciones son reales, asi que esa era la verdad.

—¿Louis?—Harry pasó su mano por mi cara, mientras me miraba dudoso.—¿Estás bien?

—Oh , sí, había recordado un buen momento...—El rizado rió caminando junto a mi.—¿Me acompañas al centro? Tengo que comprar pan.

—Claro, seguro no me habrás escuchado, pero me aceptaron en el ejercito.—Pateó una piedra, jugando con ella, mientras yo me pasmaba completamente.

—¿Te inscribiste en el ejercito, Harry?—Apreté la mandandíbula, estaba tenso, Harry se iría, ¿y si no volvía?

—Era una broma.—Harry reía a carcajadas, yo estaba enojado, caminé a paso rápido alejándome de él, hoy no quería bromas.

Harry.

Corrí con todas mis fuerzas a clase, hoy me había despertado tarde, y moría de hambre.

La profesora me abrió y yo la saludé, para acto seguido saludar a la clase.

Louis me miró y volvió su vista a su cuaderno, no me quería ver, tal vez estaba enojado por la broma o por ahí estaba de mal humor.

En un momento dudé en sentarme a su lado, tal vez no me hablaba y eso sería incómodo.

Venga, me senté y hundí mi cabeza entre mis brazos.

—Lo siento.—Louis agarró mi mano y la apretó.

—Es bueno que no estés mas enojado.—Largue una risita.

Louis.

—¿Sigues con el pensamiento de irte?—Harry me miró y yo negué.

—Tengo una buena vida aquí...

—Yo me hubiera ido contigo.

—¡No! Estarías bromeando todo el camino.

—¡Hice toda una lista de chistes para contarte en ese viaje!

—Eres un tonto.—Reí a carcajadas.

—No lo soy, soy veloz pero no tonto, eh.

*

—¿Quienes son esos?—Señalé a los policias que estaban en una casa.

—Inspectores de sótanos, Hitler descubrió muchos judios en los sótanos.

—Debo ir al baño, no aguanto más. Adiós, Hazza.—Salí corriendo sin mirar atrad, estaban a una cuadra de nuestra casa.

Metí mi pie en un pozo de nieve, cayendo al suelo.

Rosa me miró desde las escaleras de casa, agarre su mano y la metí de golpe adentro.

—¿Pero que te pasa?—Rosa gritó mientras Hans se paraba de golpe.

—Inspectores de sótanos.—Hans corrió abajo, intento levantar a  Max, pero era imposible.

Lo ayude, mientras lo arrastrabamos tocaron la puerta...

Shelling.  |Larry Stylinson fanfic|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora