🔳 灰姑娘 ~ Penguins: Cenicienta (Julien x Skipper) [3° Parte]

La Exprometida

—Cenicienta es linda —Julien le habló a Maurice mientras bajaban por las escaleras—. ¿No lo crees? —Julien se detuvo por un momento al escuchar la música de su celular, sacó al artefacto del bolsillo y al ver que era una llamada de Clover volvió a guardarlo—. Johnson me contó que ella sabe tocar la guitarra, aparte de hermosa es talentosa —dijo caminando a su lado—. ¿Viste lo que hizo ayer con el candelabro? ¡Es genial!

—Pero ella no está interesada en casarse contigo.

—Pero en algún momento podría estarlo.

—No lo sé... por cómo salió de la fiesta...

La puerta se abrió y Clover entró a la sala.

—Joven Julien, una mujer llamada Karen está afuera, dice que es su prometida.

Skipper limpiaba el escritorio mientras tarareaba la melodía que escuchó en la noche cuando bailó con Julien. Aunque le pareció que gran parte de la música era aburrida, esa melodía se le quedó en la mente.

—Cenicienta... Así que eras tú.

Skipper volteó al escuchar la voz de Stacy.

—¿Qué?

—Tú fuiste quien bailó con Julien. Te rompimos el vestido y aun así fuiste a la fiesta, seguramente Arlene te ayudó.

—¿No sabía que fui yo? —Skipper sonrió con burla, le parecía increíble que no lo reconocieran por un poco de maquillaje.

—¿Crees que a él realmente le interesa una muerta de hambre como tú? —'la' miró con desprecio.

—Lo que creo, corrijo, de lo que estoy segura es que él jamás se fijaría en personas como usted y su hermana, así que esta discusión está demás, por favor déjeme continuar con mi trabajo.

Stacy levantó su mano con la intención de darle una bofetada, pero Skipper la sostuvo del brazo.

—He aguantado sus humillaciones porque necesito este trabajo —habló con enojo al recordar a ella y su hermana romper las bolsas con tijeras y obligarlo a barrer varias veces la sala—. Pero no dejaré que me golpeé —dijo soltando su brazo.

—Julien se casará, con Karen, alguien que fue modelo de niña.

—Ella está muerta.

—Eso se creía, pero no. El punto es que Julien no escogería a una pobretona como tú. En cuanto a Arlene... —murmuró con enojo—. Comprenderá que no debió entrometerse —dijo comenzando a alejarse.

—¿Qué es lo que harán? —preguntó caminando rápidamente, pero antes de que pudiera salir Stacy le cerró la puerta—. ¡Señorita Stacy! / ¡Stacy! —gritó golpeando la puerta.

—Stacy, Becky, ¿Qué están buscando en mi closet? —se escuchó la voz de Arlene desde su habitación—. ¡No! ¡Dejen eso! —gritó antes de que se oyera retazos de tela rompiéndose—. ¡Por favor! ¡Es mi trabajo de meses!