╰⋆❁╼Bᴀɪʟᴇ╼❛🎎❜

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Narrador Omnisciente

Risas sin cesar se escuchaban en aquella casa, la mayoría de los países estaban ebrios otros solo conversaban con calma y unos tragaban a más no poder los bocadillos.
Rusia estaba a lado de la mesa de las bebidas mientras tomaba algo de vodka, su hermano Bielorrusia le contaba sobra la situación de su país, pero el soviético mayor no le prestaba atención, toda su atención era dirigida a cierto latino de nombre México.
El chico tricolor se encontraba conversando alegremente con sus amigos latinos.
Volteó un poco su mirada y vió a cierto gringo que miraba igualmente a el latino, Rusia sintió un ataque de celos, no, eso era poco comparado a lo que sentía.
No señor, no lo permitiría.

Russia.- En un momento vuelvo Bielorrusia.

Ni tiempo le dió a su hermano de contestar, camino algo apresurado hacia México, se dió cuenta que cierto americano con una bandera con estrellas lo observaba con rabia.
Lo había logrado, una sonrisa de orgullo se poso en su rostro.
Pero ahora vendrían la prueba más difícil, hablar con el mexicano, ahora que lo pensaba bien había cometido una estupidez, claramente el mismo sabía que no podía articular ninguna palabra cerca del latino.
Era demasiado tarde, se encontraba demasiado cerca del mexicano.
Hasta que Rusia quedo frente a la espalda del tricolor, nervioso poso su mano en el hombro del de sangre azteca quien se sobresalto por el repentino contacto y giro su mirada inmediatamente.

México.- Oh.. hola Rusia -saludo alegre al más alto-.

Argentina.- Che' boludos será mejor dejar a los tortolos solos -musitó picaron-.

Chile.- Weones ya po' vamono'

Sin más los demás latinos se fueron sin esperar un reclamo de México.

México.- Pinches pendejos -maldijo en un susurro mirando cómo se iban corriendo-.

El ruso solo lo miro confundido sin entender lo más mínimo, el americano dirigió de vuelta su mirada al soviético.

México.- Lo siento -se disculpo avergonzado- ¿Qué ocurre tripalosky?

La sonrisa del mexicano sonrojo más al ruso quién trataba de controlar sus nervios.

Rusia.- Hola México, -pronuncio con trabajó algo avergonzado, ya que el español no es algo que se le dé muy bien, aparte que el español es un lenguaje muy complicado, variado y mixto-.

El mexicano solo lo miraba con ternura, cómo al más grande le daba demasiado trabajo hablar su lengua natal y el gracioso acento que tenía.
Rusia lo miro discretamente y bajo su mirada con temor.

Rusia.- Lo siento -se disculpo mientras jugaba torpemente con sus manos en señal de estar nervioso- mi acento es horrible -se sonrojo por la vergüenza sentía como las lágrimas amenazaban con salir de sus ojos-.

Digamos que hacer el ridículo enfrenté de la persona que amas es fantásticamente horrible, quería que la tierra lo tragara en ese mismo momento y que eso nunca hubiera pasado.
Por otra parte el norteamericano se sentía tranquilo con la presencia del soviético y su "ridículo" le parecía muy tierno, sin más el latino agarró el mentón del de ushanka, elevó su mirada.
Como si de una película de romance se tratara los miradas de ambos se veían fijamente, el soviético se sonrojo, adoraba los ojos del chico, era una de sus cosas preferidas de él (*).

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⏰ Última actualización: Feb 26 ⏰

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