Vamos a estar bien

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Después de 5 minutos que me parecieron eternos, volví a respirar despacio, vi salir a Alex por la puerta que daba hacia la sala de visitas, estaba allí, estaba bien, era mi chica alta de cabello negro y lentes de secretaria, desde que entró a la sala de visitas lo hizo sonriendo de oreja a oreja, estaba feliz de verme, y yo estaba feliz de verla, se acercó al lugar y se sentó frente a mi, una media pared nos separaba pero al menos podíamos vernos.

Alex: Hola Pipes- dijo con su voz ronca y acerco su mano al borde de la pared, mirando rápido hacia atrás para verificar que la distancia del guardia nos permitiera rozar nuestras manos-.

Piper: Mi amor- dije y acerque mi mano a la de ella, le hice una pequeña y rápida caricia en el borde de su manita, estaba fría y cálida al mismo tiempo, no pude evitar sonreír- ¿Cómo estás? ¿Cómo estuvo tu semana?- le pregunte sin dejar de sonreír, y es que realmente no podía, estaba tan emocionada de poder verla-.

Alex: Cariño, lo mismo de siempre –dijo retirando su mano antes de que nos vieran- Jugué en la cancha de tenis, salí a montar a caballo, estuve horas en la alberca, ya sabes lo usual en la prisión- decía con el sarcasmo que la caracterizaba y yo solo sonreía, era bueno saber que aunque estaba acá encerrada no perdía la gracia -.

Piper: Que bueno amor, yo no pude descansar tanto como tu, yo tuve mucho trabajo y un par de exámenes- le dije, sonriendo-.

Alex: ¿Porque estas tan sonriente? - me pregunto-.

Piper: Es que no puedo dejar de estar tan feliz de verte, poder verte cada semana, poder contarnos nuestras cosas, poder escuchar tu sarcasmo- dije eso y sonreí mas-.

Alex: También te amo Pipes- dijo -.

Piper: Y yo a ti Al. Pero en serio cuéntame que hiciste esta semana- pregunte ya un poco mas seria-.

Alex.

Sin duda prefería mil veces escuchar lo que había hecho Piper, que contarle lo poco que podía hacer yo acá en la cárcel, pero no quería cortar su emoción así que le platique de las otras reclusas, le platique de mi trabajo y por unos segundo pensé en contarlo lo del incidente con las junkies, pero sabia que se quedaría con eso pendiente así que preferí callar.

Alex: Así se va mi semana esperándote Pipes- dije y ella me devolvió una sonrisa-.

Piper: Te extraño Al- dijo y sentí un nudo en la garganta-.

Alex: También te extraño Piper, todos los días que pasan, no veo la hora de poder salir de esta pocilga-dije-.

Piper: Cuando salgas ya tendremos nuestra casita..-dijo a medias y no continuo hablando-.

Alex: ¿Como que casita? ¿Pipes no me había dicho que vivías en un miniapartamento?- pude notar que Pipes se ponía nerviosa, algo estaba tramando-.

Piper: Alex no te vayas a molestar-dijo-.

Alex: No puedo molestarme si no se que rayos sucede Pipes-dije tratando de sonar lo mas tranquila y calmada posible-.

Piper: Empece a pagar la inicial de una casita para las dos, cuando salgas de acá- dijo y sentí alegría y decepción-.

Alex: Piper no sabemos cuando voy a salir de aquí.

Piper: Pronto mi vida.

Alex: "Pronto"- dije haciendo énfasis en la palabra- Pronto pueden ser 4 años Piper-dije -.

Piper: No sera así amor, y si llega a suceder, yo voy a estar en casa, en nuestra casita, esperándote ¿recuerdas?- dijo y yo solo asentí, ya no quería discutir mas, solo quería estar bien con ella-.

Habían pasado ya casi 30 minutos de la visita, el tiempo pasaba malditamente rápido y lo detestaba, Piper ya tendría que irse y yo debería esperar una semana mas para verla, eso me descontrolaba.

Sin darme cuenta de que una de las junkie estaba a dos puestos junto a mi, me levante de la silla para salir de la habitación, fue cuando la vi y fue allí cuando Piper la vio, después que pasas un tiempo en prisión aprendes a conocer los tipos de reclusas, Piper sabia que aquella era una drogadicta, y me había hecho una seña para vernos al salir de la sala de visitas. Piper la comprendido y me miro.

Piper: Alex Vause ¿que sucede?- pregunto rápido y el guardia venia ya por mi-.

Alex: Confía en mi- fue lo ultimo que alcance a decir hasta que me sacaran de allí, camine por un pasillo largo hasta el comedor. Fue allí donde sentí que alguien toco mi brazo para llamar mi atención. 

Un Nuevo Comienzo. VAUSEMANWhere stories live. Discover now