El príncipe cisne [Viktuuri]

V

[Un año más tarde]

Todo el reino estaba preocupado preparando todo para la gran unión entre las tierras primaverales y las tierras invernales, el evento más grande que sus vidas pudieran presenciar.

La gran boda entre el príncipe Viktor Nikiforov y el príncipe Yuuri Katsuki.

El joven Yuuri cumplió apenas la edad para poder casarse oficialmente, sin contar que luego de la ceremonia, ambos jóvenes comenzarían su vida de casados en el castillo de los Katsuki.

Viktor por su lado, rompería un poco la tradición anual y viajaría antes de la fecha sólo para poder estar un poco más con Yuuri antes de que todo se volviera una verdadera locura. Su carruaje iba a una velocidad relativamente lenta por las ventiscas de la época, así que el joven heredero al trono se entretenía leyendo algunos poemas para inspirar sus votos hacia el amor de su vida.

Su madre le dijo que debía preparar una buena propuesta en estos días que estarían de vacaciones en la propiedad privada del rey Toshiya, después de todo, el castillo estaba siendo arreglado en su totalidad para la boda.

Mientras tanto, el joven príncipe estaba siendo arreglado pues se le avisó que su prometido realizaría la propuesta. Entre la realiza existían pocos secretos y su padre jamás fue bueno para guardarlos después de todo.

Su cabello fue ligeramente recortado y usaron algo de maquillaje en sus bellos ojos castaños, sus prendas eran de un tono amarillo pastel y una camisa excesivamente blanca, atuendo bastante acorde con la época primaveral que aún se sentía a pesar de que la temporada de verano ya había comenzado.

Yuuri por otro lado, se sentía como un muñeco siendo vestido y arreglado, en su mente sólo podía pensar que Viktor lo quería por quién era realmente, no por todas esas capas de ropas caras y por su rostro tapado por maquillaje. No quería ser alguien que simplemente no era.

En cuanto le avisaron, horas más tarde, que su prometido finalmente había llegado a la mansión vacacional de los Katsuki, como sus modales lo indicaban, Yuuri fue a recibirlo y darle la bienvenida.

—Estás precioso...—Fue el saludo con el que comenzó su charla. El platinado tomó la fina mano del doncel y dejó un muy suave beso en el dorso de esta, inclinando su cuerpo en son de respeto hacia su próximo cónyuge.

—Gracias. —Yuuri sólo sonrió y en su interior algo le decía que algo malo pasaría. Se lo dijo incluso a su padre horas atrás, pero el rey, emocionado de ver a su único y más preciado tesoro a punto de casarse, le comentó que sólo eran los nervios por todo el asunto.

Tras una contundente cena, donde a Yuuri apenas le sirvieron la ración que debía porque "debía cuidar su cuerpo para el próximo rey", hicieron que sus nervios iniciales se transformaran en frustración y desilusión.

El resto de la "cita" que mantenía con Viktor se le hizo tan falsa, carente de todo el amor que se profesaban años anteriores. Viktor parecía...otro.

—¿Le pasa algo, príncipe Yuuri? —El pelinegro se detuvo e inmediatamente frunció el ceño, soltándose del brazo del varón.

—¿Disculpa? ¿Príncipe Yuuri?

—Lo siento, es que estoy muy...ahogado con todo, no quise que sonara así de mal. —Se disculpó el ojiazul. Yuuri esta vez suavizó un poco su expresión y acarició con suavidad la mejilla del otro príncipe.

—Está bien, todo saldrá bien. —Aunque esas palabras parecían ser un ánimo más para el mismo doncel que para Viktor.

Y ahí, en medio del precioso patio lleno de las más hermosas flores del reino, Viktor se arrodilló y sacó la delicada caja de terciopelo donde yacía el anillo familiar de los Nikiforov.