Limpia mi alma capítulo 21

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Limpia mi alma capítulo 21

Las horas fueron pasando con lentitud, Shizune se mantuvo expectante y estresada, caminando de un lado a otro del hospital, realizando cualquier actividad por nimia o insignificante que fuera con tal de lograr... todo esto en vano, hay que decirlo, que las agujas del reloj aceleraran su recorrido circular y así su querido hermanito adoptivo despertara del trance en el que ella y su maestra le habían inducido con un potente sedante, suspiró nerviosa terminando de clasificar y sellar todos y cada uno de los informes médicos de las últimas semanas, ordenar y limpiar a fondo el despacho de su maestra y realizar varias consultas a algunos civiles y shinobis que pasaban por allí con alguna dolencia o incidencia médica, una vez adelantado todo el trabajo se permitió a sí misma el sentarse en el humilde sofá que había en el despacho de Tsunade Senju, apoyó su espalda contra el respaldo del mueble dejando caer su cabeza hacia atrás observando el techo de la habitación, su respiración se fue haciendo cada vez más profunda, Shizune se había quedado dormida producto del estrés y del agotamiento producto de la ingente cantidad de trabajo que había realizado.

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Naruto abrió sus ojos viendo el blanco techo de la habitación del hospital, expulsó todo el aire de sus pulmones en un suspiro lastimero, se sentía... raro, abatido, triste y deprimido, la sensación se acrecentó más al volver a notar el tacto rugoso y áspero de las correas que lo mantenían firmemente amarrado a la cama sin darle ni una mísera oportunidad de poder levantarse de ella, trató de girar su rostro buscando a alguien, sin embargo, su cuarto estaba completamente vacío, ni siquiera habían unas flores o alguna prueba de que alguien le había visitado durante el tiempo que estuvo "dormido", volvió a mover su cabeza observando el techo nuevamente dejándose llevar por los recuerdos más recientes que llegaron a su mente, una pequeña cocina... el olor del café recién hecho... gritos y peleas sobre cuál es el mejor sabor de los dangos... el sonido melodioso de la risa de Sakura... el propio sonido de la suya y el de sus pequeñas... el recuerdo de la felicidad... sin poder evitarlo, notó como su labio inferior comenzaba a temblar para poco después ser seguido de un picor húmedo en sus ojos, el ojiazul pestañeó liberando un par de lágrimas que fueron seguidas por muchas más, el silencio absoluto dentro del pequeño cuarto fue quebrado por el leve susurro de un llanto triste miserable...

Varios minutos pasaron hasta que la puerta de la habitación se abrió entrando por esta Shizune, la mujer parecía un poco contrariada, nerviosa, como si algo le hubiese pasado para tenerla así, la morena quedó estática cuando vio los ojos azules del muchacho sobre ella, estaban hinchados y enrojecidos, muestra inequívoca de que el muchacho había estado llorando, la mujer tragó saliva sin saber que decir o hacer, sinceramente solo había entrado en la habitación para cerciorarse de que todo iba bien tras haberse quedado dormida. El silencio imperante en el pequeño aposento era denso y pesado, el chico Uzumaki seguía mirándola fijamente, sin odio o rencor aparente pero ahí estaba la clave, tampoco parecía emanar otra cosa que una enorme tristeza y un vacío colosal.

Shizune: Qu-qué bueno que despertaste Naruto-kun... lamento si te hice esperar demasiado...- Abrió la boca la discípula de la Sannin de las babosas tratando de acabar con la incomodidad del silencio, cosa que no logró pues los ojos azules y vidriosos del chico no mostraron nada.- I-iré a por Tsunade-sama, espera un momento por favor.- Continuó la mujer bastante incómoda y preocupada.

Naruto: ..............................- El joven de dorados cabellos no dijo nada, solo suspiró moviendo su cabeza para volver a enfocar el techo como si fuera lo más interesante del mundo, Shizune se apuró en salir de la estancia avanzando por el pasillo a paso ligero, tenía que buscar a su maestra e informarle de que Naruto había despertado. Pasaron los minutos y la mujer, ya fuera del recinto hospitalario, buscó a su mentora en varios de los establecimientos cercanos al hospital sin tener éxito en su particular misión, la azabache decidió probar con el modesto bar que había a escasos metros de la residencia de ambas en el cual Tsunade solía pasar tiempo cuando algo la preocupaba o la tenía en vilo, tras varios minutos de marcha, arribó a su destino entrando en el pequeño local vislumbrando a su maestra sentada en una mesa de la esquina del mismo, en poco más de unos 15 pasos logró ponerse a su lado.

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