III: Mi sencillo nuevo hogar.

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Después de unI-N-T-E-R-M-I-N-A-B-L-E, viaje con el ogro de mi hermano, el coche paró. Bajamos del deportivo rojo y eché una mirada a la casa. Aquella sencilla y y humilde casa, como me había dicho mi madre.

¿PERO CUANDO ME HICE TAN ASQUEROSAMENTE RICA?

Viendo esto, ya sé la razón por la cuál mamá se casó con el mamarracho; más bien, veía unos 200 millones de dól... razones para hacerlo.

Estaba segura, es más, segurísima de que cabrían miles de Hulks dentro. Era alta, muy, pero que muy jodidamente alta. Dejé de contar en el cuarto piso porque terminaría descogotándome. Tenía un color marfil precioso, y estaba rodeada de unos jardines hermosos, sobre los que cruzaban caminos de piedras blancas para llegar a lo que supuse que sería la piscina. Tenía el tejado de un azul majestuoso.

<Si así es la fachada, ¿cómo será la cocina?>

Oh, cierto. Mierda, estoy en el séptimo cielo.

-¿Sabes? Como sigas así crearás un nido de moscas en la boca.

Oh, mierda. Estava segura de que mi baba goteaba en el suelo. Cerré la boca y bajé la cabeza para ocultar el leve rubor que se extendió por mi rostro.

Al ver que no respondía, añadió:

-Ah, y no te preocupes, babearás más cuando te presente a mi hermano.-objetó alzando las cejas- Tranquila bichito, tengo baberitos.- a esto último añadió un pucherito con el que se me derritieron las entrañas. Es tonto, pero ardorable.

<Pero sobretodo tonto. Muy, pero que muy tonto.>
Wait, wait... ¿dos hermanos? ¿Sería muy repelente el enano? ¿Tendría que hacer eso de hermana mayor con él? IUGH.

Pero, ¿qué mamaaaaaaaaaas da?, ¡tendría dos hermanos!

-¡OH, POR EL SANTO ZAC EFRON TENDRÉ DOS BROTHERS!- hice un pequeño baile de la victoria, y paré en seco.- ¡AHHHHHHHHHHHH,NO! ME PIDO LA HABITACIÓN MÁS GRANDE. Y no hay discusión, ¿oíste?- encarnó una ceja.- Dahh, sé dónde vives.- le señalé acusatoriamente.

Y entonces no las pudo contener más y estalló en carcajadas. Tenía una risa muy cómica, ya que parecía una foca pariendo, por lo que me uní a él.

-Bueno, ya.- dije levántandome del suelo. No sé cómo llegué allí...- ¿Y dónde está el chiquitín?

-¿Chiquitín?- dijo sorprendido?- Oh, esto será divertido...- añadió con una sonrisa perversa.

Oh no, esto no me gusta.

Entonces se abrió la puerta, dejando pasar tras ella al que por supuesto no era ni mi madre ni su mamarracho. Vale, ¿es normal que los chicos de acá vengan directos de la pasarela de Calvin Klein o será el agua de California lo que los cambia?

NOTA MENTAL 2:

En caso de ser la segunda, beberme todo el agua de las playas con una pajita. 

Era un chico alto, de pelo moreno oscuro y ojos choclate hermosísimos. Llevaba una musculosa azul marina con grandes manchas a sus costados y un pantalón de deporte. ¡Hasta gimnasio tiene este prototipo de Empire State!

Se acercó a nosotros, donde me examinó de arriba a abajo. Repito, de ARRIBA a ABAJO. Maldito cerdo.

-¿Qué pasa, bro?- se saludó con Nate de esta forma tan 'masculina' que tienen los hombres.- Uhmm... ¿y esta bebita quién es?

- Es...- comenzó Nate, pero le corté.

-Soy Maia, y por lo que parece tu nueva hermana, estúpido.- escupí molesta.

Goody-goodyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora