N/T: Luego de un muy, muy largo tiempo, por fin les traigo el capítulo 5.
Si, sé que no tengo perdón de dios. Me disculpo por mi enorme retraso, lo que pasa es que me mude (Quienes me sigan, sabrán que soy muy asidua a mudarme cada cierto tiempo. Más por trabajo, que por gusto) Luego se descompuso mi laptop y aunque compre otra, no había podido instalarle la paquetería de office. En fin, que ha sido una lata, pero ya estoy de vuelta. Había querido hacer el capítulo más largo, pero creo que así está mejor.
No se olviden de dejarme sus comentarios y nos leemos hasta la próxima.
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-Wheeler – El rubio abrió lentamente los ojos. La fría lluvia caía sobre su cara, impidiéndole ver con claridad en aquel lugar tan oscuro, pero aun así sabía de quién era aquella voz. Sus labios temblaron. Su corazón se agitó. Aquella persona que había llegado por fin a rescatarlo, era su rival, pero también era su amigo. Kaiba se quitó el abrigo que tenía puesto, colocándolo sobre los hombros de aquel chico. Joey bajó la cabeza. –
-Lo sé... estoy completamente solo. –Murmuró bajito, esperando que Seto no lo escuchara. El castaño se puso en cuclillas y sin que Joey se lo esperara, lo abrazó. Lo hizo muy fuerte. Joey levantó la vista, perdiéndose por un momento en aquellos ojos azules. –
-No digas eso.... No pienso dejarte decir tal cosa. –Seto lo sujetó del mentón delicadamente. – No estás solo, yo estoy contigo ahora. – Joey lo miraba en silencio apretando sus labios con fuerza. Kaiba frunció el entrecejo, ¿Qué diablos le habían hecho? Colocó sus frías manos sobre sus mejillas, acariciándolas distraídamente, sin dejar de mirar su rostro magullado. – Vamos... Vas a resfriarte si permaneces más tiempo así.
Wheeler no respondió, pues se encontraba aun perdido. Seto suspiró, para después ponerse de pie, tendiéndole la mano a Joey, para que el rubio hiciera lo mismo, lo cual hizo con un poco de trabajo, pues su cuerpo estaba realmente adolorido. Seto se dio cuenta de esto, por lo que rodeó su cintura para ayudarlo a mantenerse en pie, mientras que por dentro no hacía más que preguntarse quienes habían sido los malditos, que se habían atrevido a lastimarlo.
*Flash back*
-¡Pequeño bastardo!, ¡Cómo te atreves a hablarme de esa manera! – Rugió aquel hombre sin dejar de propinarle golpe tras golpe, hasta que sus dos acompañantes se acercaron para detenerlo. –
-Basta Wheeler, lo necesitamos consiente, para al menos poder divertimos un poco con él. – Ambos tipos rieron divertidos, mirándose entre ellos, imaginando todas las cosas perversas que podían hacer con aquel muchacho, que se encontraba en el suelo, doliéndose por los golpes recibidos. Joe hizo un gesto de asco, para después mirar a su hijo con desagrado. –
-Claro, hagan lo que quieran. Ahora es suyo. –Joseph abrió muy grande sus ojos al escucharlo decir aquello. – Con esto mi deuda debe estar saldada, ¿Cierto? –Cuestionó a sus dos acompañantes, que asintieron afirmativamente con la cabeza, mientras se relamían lascivamente los labios. –
-Por supuesto Wheeler. Fue un placer hacer negocios contigo.
Vacilante, Joey aprovechó aquel momento de distracción para ponerse torpemente de pie y después salir corriendo lejos de ahí, lo más rápido que pudiera.
El rubio corrió tan rápido como sus piernas se lo permitieron, pero aun así no fue lo suficientemente lejos, como para escapar de aquellos sujetos, que velozmente le dieron alcance. Uno de ellos, el más alto, lo derribo sin mucho esfuerzo, sometiéndolo con gran facilidad bajo su corpulento ser, que desprendía un sucio, penetrante y asqueroso olor a tabaco y alcohol, para después sentarse a horcadas sobre el chico. El tipo alto le sonrió de medio lado de forma lasciva, pasando su lengua por sus labios, como si estuviera saboreando anticipadamente a su presa.
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Melodía de primavera
RomanceResumen: Después de ser rechazado por el faraón, debido a que este se encuentra enamorado de otra persona, el gran seto Kaiba cae enfermo debido a un extraño mal que aqueja a su corazón, por lo que Mokuba decide pedirle ayuda a la única persona que...