Me consideraban la alegría, y por alguna razon sentia que se los debía.
Debía sonreír, si con ellos quería seguir.
No quería la lastima, ya no.
Tampoco la falsa reacción de que les importaba, Ya no quería mentiras y sin embargo yo me creía la mía.
Todas las personas que se acercaron por la luz que emitía o por el sonido de mi risa poco a poco se fueron.
Resulta ser que los rostros muy alegres también alejan, la felicidad muchas veces da envidia.
Pero aun así seguía con la sonrisa brillando en mi rostro.
ocultando lo que sentía debajo del telón y mi dulce actuación.
Con el tiempo deje también la mentira falsa que creí, esa sonrisa ya no bastaba para tratar de hacerme sentir feliz.
Al ya no ser la alegría que querían sentir, las personas se alejaron y la verdad ya no me importaba.
Bien dice el dicho: "Es mejor estar solo que mal acompañado".
Pero sin mi sonrisa los días ya no eran grises, algo dentro de mi había cambiado.
Entendí que muchas veces solo nos relacionamos con otros para no estar solos, y cuando esas personas ya no son necesarias simplemente te alejas.
Nuestro ADN social apesta, la necesidad de interactuar está sobrevalorada, eso sentí.
Ahora ya no había ni tristeza ni felicidad, bailaba en la neutralidad.
Un rostro serio y aburrido tampoco llama a nadie.
El sueño y las siestas reemplazaron a soledad y se volvieron mis nuevas mejores amigas.
El poco interés que mostraba a todo preocupo a mi familia, pero ese mismo sentimiento nos mantuvo alejados.
Ya no sentía la necesidad de estar buscando algo, simplemente me sentía aburrida y no iba a intentar nada.
Estaba cansada de seguir intentado encajar, las piezas de lego que no se pueden unir solo tienen que volver a fabricarse para formar algo y yo no era un lego.
Se estaban alejando y más rápido que antes. Los pocos que quedaron luego de mi cambio, ya no me trataban igual.
No era tonta sabía que ellos sabían que algo no encajaba pero ninguno se inmutó a arreglar, este lego que no podía unirse a los demás.
Simular que todo seguía igual solo me molestaba aún más.
El pensamiento de Kelbin Torres se adaptaba perfectamente a mi situación.
"Llegas a un punto en el que prefieres una vida carente de emociones, que arriesgar tu corazón a peligrosas decepciones".―Kelbin Torres.
Me estaba sumergiendo en mi misma y muchas capaz de autoprotección me estaban ahogando.
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