Capítulo 9.- Vaso de agua

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Azotó su cabeza sobre la cama. Estaba en cuatro, con su pecho haciendo presión sobre las cobijas, el Ventrexiano se encontraba tras él. El miembro ajeno se deslizaba duro en su dilatado y goteante ano. Avocato había descubierto que una de las mejores formas de llevarlo al éxtasis y la locura pura era hacerlo sufrir. Llevaban más de 10 minutos en aquel tortuoso ritmo y aunque se sentía impaciente por tenerlo dentro, le encantaba cada sensación.

De verdad que pensó que solo lo harían una vez y con eso su cuerpo estaría satisfecho, pero la primera solo fue la llave de la puerta. El Ventrexiano era insaciable e insistente en el sexo, con suerte podían hacer pausas para comer y dormir. Además había querido bañarse y limpiar el semen de sus piernas, pero cuando lo intento esta mañana fue recibido por la mano del mayor, quien jalo su cabello y lo acostó con fuerza sobre la cama, dejando en claro su descontento.

Sabía que Avocato era territorial y en estos días no le quedaba la menor duda de lo celoso y posesivo que se ponía durante el apareamiento, así que le restó importancia, mientras solo fuera así en el sexo, estaba bien para él.

Gritó por milésima vez. Su interior se contrajo, dejando un intenso mar de lubricante dentro y fuera de él. El Ventrexiano se había cansado de los juegos y penetró de forma tosca el ano del rubio. Tan acostumbrado al trato brusco del mayor, Gary no hizo otra cosa más que gemir del intenso gozo y la asombrosa estimulación que recibía su parte baja con las fuertes embestidas.

Su trasero era tomado por las fuertes manos de Avocato, dejando marcas rojizas sobre este. Su entrada estaba de un tono intenso y los jugos que salían de ella hacían que brillara.

Su espalda estaba llena de mordidas y rasguños. Finas gotas de sudor bajaban por sus piernas y muslos, su ser temblaba. Su cuerpo parecía haber tocado límite, cada parte de él tambaleaba por lo agotado que estaba. Posó sus codos sobre la cama tratando de hacerse soporte y abrió un poco sus piernas, posicionando sus rodillas en un ángulo mayor y no caer.

Cuando el glande del mayor creció y sintió su interior ser bañado por su semen, cuando sus finos y filosos colmillos volvieron abrir su herida, ya no pudo más. Gimió unas cuantas veces y se dejó caer por el inmenso cansancio.

Su mente se nublo y después todo se hizo oscuro.



8:00 PM – Horario terrestre, Cuarto día desde la cuarentena.

Acurrucó su cabeza sobre la almohada y trató de levantarse de la cama. Un intenso dolor en toda su espalda y caderas lo detuvo, mordió sus labios evitando soltar un gemido de dolor.

Su cabeza y cuello dolían. Se encontraba un poco mareado y sentía mucha sed.

Giró su cabeza hacia aún lado y vio el cuerpo del Ventrexiano descansado plácidamente justo a su lado. Nunca había visto a Avocato de esa forma... se veía vulnerable. Tal vez debería golpearlo por como lo dejo.

Ya con un poco más de fuerza y reteniendo sus gritos de dolor, logro sentarse sobre la cama, aún estaba agotado y no sentía sus piernas, también creo que estaba a punto de morir por deshidratación.

-Gary-

El menor miro hacia el techo de la habitación.

-¿H.U.E?-

-Por fin terminaron de aparearse como conejos- se burló- El mini gato pregunta por su padre y la loca está muy enojada, tus gritos se escucharon hasta el otro lado de la nave-

El alma de Gary se congelo.

"Mierda"

-Tuvimos que parar en un planeta para que la "pureza" de Little Cato no fuera manchada por tu libido y tus sonidos pornográficos-

-Perdón por querer un poco de magia en mi vida- comento indignado.

- Ya no van a hacerlo más, ¿verdad? Ya estoy harto de ser su sirvienta-

- hablando de eso... puedes traerme algo de agua, no puedo ponerme de pie-

-y eso es culpa mía-

-por favor H.U.E-

-Esta bien, pero es solo porque quiero, no porque me lo hayas dicho-

-Gracias-

-Si, si-

Prefirió esperar a H.U.E sentado en el mismo lugar, no tenía la fuerza suficiente para acostarse. Tambaleó un poco, comenzaba a dormitar.

-Cariño- escuchó la voz de Avocato.

-si- respondió con voz suave y lenta.

-¿estás bien?-

Se acercó al rubio y tocó con suavidad su espalda. El contrario solo se dejó hacer y suspiro cuando las manos ajenas rodearon su cintura y lo posicionaron sobre las piernas del mayor. Ahí el morocho se dedicó a dar mimos al zafiro, asegurándose de que todo estaba bien.

-ahora si- habló entre las caricias del mayor.

-bien- movió sus orejas satisfecho por la respuesta.

-Avocato-

-si-

-Ahora, ¿Qué va a pasar?-

Abrazó con fuerza el cuerpo delgado y frágil del chico y lo pegó al suyo. Dándole ha entender que sea lo que sea y pasara lo pasara, estarían juntos de aquí en adelante.

-supongo que... nos casaremos-

-Perdón-

-y criaremos a Little Cato como nuestro hijo-

-el es tu hijo-

El Ventrexiano no pareció escuchar lo último que Gary dijo. Y sin importarle mucho su intensa sed y cansancio, tomó al menor se las caderas y las levantó.

-¡Otra vez!- se sorprendió. Si lo habían hecho hace poco.

Dispuesto a cumplir su cometido comenzó una pequeña fricción sobre su pene y la entrada del rubio, que no tardó en dejar caer su lubricante natural. Tan acostumbrado estaban el uno del otro que sus reacciones eran instantáneas.

-ya traje el agua...- interrumpió H.U.E en la habitación.

Gary se quedó petrificado de la vergüenza y Avocato solo miro molesto a donde sea que se encontrará H.U.E.

-no mamen, pinches perras en celo- les lanzó el vasito con agua.



-no mamen, pinches perras en celo- les lanzó el vasito con agua

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La verdad no tengo mucho que decir. Son las 2:20 am y ya tengo un montón de sueño.

No publique audio porque ya se acabo el lémon y aparte, me dio flojera hacerlo.

Espero les haya gustado, nos vemos.

Hormonas o Feromonas (Garycato)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora