Cuentos Sexxxuales |BTS| {One Shots}

Desnudo |×|

Las horas habían pasado lento hoy, pero nadie arruinaría el gran día que ___ iba a tener. El clima estaba perfecto, era un día nublado y frío. La jornada de la semana en la universidad había acabado, dando paso al fin de semana, lo que significaba que ___ iba a tener toda la tarde libre para hacer lo que más disfrutaba en el mundo. Pintar.

Pero para ella sus creaciones no eran unas simples pinturas, eran más que eso. Y lo que retrataba en esos cuadros durante sus tiempos libres iba más allá de su curiosidad y sus pensamientos, superaba sus instintos. Aunque nunca nadie vería sus obras, y eso por una parte le dolía.

Mientras que por otra, le llenaba alivio ¿Qué pensaría la gente al ver esas pinturas? Sabía que como artista no debería tener tabúes, pero no podía evitar pensar en el qué dirán y que pensarían de ella. Sobre todo su familia y sus amigos.

Taehyung por otro lado, se encontraba en su mundo, capturando con su cámara todo momento e imagen que estaba a su alrededor. Le encantaba captar la esencia de las cosas cuando estaban en su hábitat natural, así que cuando vio a aquella chica de pelo castaño en el corredor, no pudo evitar tomar una fotografía de ella. Parecía cansada, sin embargo su sonrisa seguía siendo bonita y genuina y eso lo hizo sonreír también.

____ se detuvo en medio del campus, observando a su vecino tomando fotografías de todo lo que se encontraba a su paso. Taehyung era muy guapo, su rostro de proporciones casi perfectas y su imponente altura lo hacían aún más atractivo. Sin embargo, el chico era realmente raro. Era callado y meticuloso, siempre en las mañanas cuando ella saludaba en su dirección, él simplemente le lanzaba una mirada seria y se dirigía hacia otra parte, lo cual la hacía pensar si realmente había tenido un buen día. ____ dudaba que Taehyung tuviera muchos amigos, pero aún así el chico era bonito y por supuesto, atraía a muchas miradas femeninas, sin contar todos los suspiros que levantaba de parte de los recién ingresados.

Un trueno interrumpió el alarido de todos los estudiantes ahí presentes. La castaña miró hacia el cielo, percatándose del estado del día. Las nubes ya empezaban a cubrir todo el color azul y los relámpagos se divisaban a lo lejos indicando que un mal tiempo se acercaba. ___ suspiró. Por lo menos era viernes y tenía todo el tiempo para poder practicar su arte.

Fue a casa caminando, preguntándose cómo podía hacer para terminar su más reciente obra. No era complicado a decir verdad, podría buscar imágenes en internet y detallarla perfectamente. No obstante, eso no le convencía. Todas sus pinturas provenían de su mente, de su imaginación; pero realmente este cuadro le estaba costando más trabajo de lo normal, y ella sabía por qué: no era algo que hubiera visto en persona. Lo había visto en películas, en libros, en fotos, pero nunca en vida real. Lo cual era algo que le inquietaba.

Al llegar a su casa, vio a Taehyung en su auto deportivo, entrando a su cochera. Decidió sonreírle de nuevo, solamente por mera cortesía. Pero Taehyung sólo hizo una mueca, algo cercano a una sonrisa por lo menos.

Entró a su casa. El silencio reinando como siempre y la sensación de soledad apoderándose de ella. Pero a fin y al cabo era algo agradable, nadie la molestaba y podía hacer lo que quisiera.

Prendió la calefacción, frotando sus manos entre sí y se dirigió a su habitación para cambiarse de ropa por un pijama, era su rutina diaria de los viernes. Fue hacia la cocina para prepararse un té de manzanilla. Encendió la cafetera para calentar el agua y esperó. Mientras tanto observaba su casa; las paredes blancas y altas la hacían ver elegante, pero los pocos muebles del lugar y la sencillez del decorado decían lo contrario. Ella nunca había sido muy fan de lo estrafalario, ni tampoco de las cosas materiales. Le bastaban sólo sus cuadros para ser feliz.

Cuando el agua estuvo lista la vació en una taza, para después colocar en ella la pequeña bolsa de té. El sabor amargo por falta de azúcar golpeó sus papilas gustativas cuando lo llevó a su boca. Justo como le gustaba.