#0: Prólogo

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Miró entre todos los papeles que habían en aquella mesa. Aunque fuesen, prácticamente, las once de la noche de un jueves, él estaba aún mirando todo aquello. No le gustaba que estuviese desordenado, o no terminar lo que había empezado. FBI le había dicho que podría ser una buena idea, pero que se tendría que ocupar él. Le reprochó aquello, pero el norteamericano simplemente le ignoró. Habló con Unión Europea, e incluso con Asean. Pero no consiguió nada.

- FBI, me debes una.

Estaba terminando de comprobar esos archivos, aunque ya estaba muy cansado. La reunión debería ser la semana que viene, pero él mismo decidió adelantarla al viernes. Ahora se maldecía a si mismo. Miró detenidamente el archivo de un español. En su historia habían espacios en blanco, lo cual le extrañaba. Aquel país siempre era de los de meterse en todo, menos en las guerras mundiales. Simplemente, no terminaba de entenderlo.

Colocó los archivos en su cajón correspondiente, y se lanzó a la cama. Debía estar perfectamente para la reunión del día siguiente. Se puso boca arriba, y estiró sus blancas alas. A veces las odiaba, otras no tanto. Y, mirando al techo de su habitación/oficina se quedó dormido. Toda su mente se había quedado en blanco al principio de su sueño, pero algo apareció de repente. Un sueño.

Una chica de piel blanca con pequeños detalles dorados le tenía agarrado de la mano, llevándole a alguna parte de un bosque, que parecía siberiano. Tierras rusas. Pero no entendía el porque estaban allí. Poco a poco empezó a recordar quien era ella. Pararon cerca de lo que era un claro, aunque ellos estaban en un pequeño risco. La miró, y su símbolo dorado, al igual que algunas partes de su cabello, brillaron un poco por culpa del reflejo de la nieve.

- Señorita Fiore, no creo que sea buena idea que usted esté aquí. ¡Es un País Fantástico*, usted no pertenece a este mundo! -dijo el pequeño alado.
- Lo sé, pero tenía que mostrarte esto. Mira en ese claro -la chica miró también hacia allá, y él tuvo que hacerlo.
- ¿Pero qué...?

Era un campo de entrenamiento soviético, con montones de soldados corriendo de allí para allá. Pero, en la parte más central, estaba ocurriendo algo extraño. Muchos soldados del ejército rojo estaban intentando capturar algo, mas no podían hacerlo. Era una criatura de color rojizo, con el símbolo soviético en ambas alas. También parecía que lo llevase en la frente, pero no podía estar del todo seguro.

Intentó ver un poco mejor lo que ocurría, y divisó a Urss. Se lo dijo a la chica, la cual asintió y señaló a otro que se acercaba a el de ushanka. Era Third Reich. Eso no le gustaba al de piel azul. Se acercó a la criatura, que parecía un dragón, y le pateó la cabeza, poniendo su pie en su frente. Rió, y los soldados soviéticos lograron atraparlo. Le pusieron una cinta en la boca para evitar posibles llamaradas, y le colocaron un trozo de madera alrededor del cuello. Cuando el fascista quitó el pie, se lo llevaron lejos del campo.

- ¿Qué es eso? -preguntó el chico.
- Eso es a lo que llaman la Bestia Roja, la soviética, y el Dragón Carmesí, el nazi. Es la misma criatura utilizada en bandos enemigos.
- ¿Es un dragón de verdad?
- Pues claro. Si no lo fuese, no lo habrías visto. Es lo que llaman, en unas tierras cercanas a las mías, un Furia Nocturna. Pero este es rojo, en vez de negro -contestó en tono bajo la chica mágica-. Pobre, le utilizan para matar, aunque él no quiera.
- ¿Y por qué el señor Urss estaba con Third Reich? -la curiosidad de aquel muchacho no tenía fin, al parecer-. Se supone que son enemigos, ¿no, señorita Fiore?
- Sí, ONU, pero las cosas cambian con el paso del tiempo -entonces, sus manos empezaron a brillar. No le quedaba tiempo en ese mundo-. Mira necesito que me escuches atentamente. Tienes una gran misión que cumplir. Eres quien hará que todos los países estén en paz, el que creará una comunidad mundial perfecta, o no tanto. Pero necesito que recuerdes lo que te he enseñado, ¿vale?
- Claro, nunca la olvidaría, señorita Fiore. Usted tampoco me olvidará, ¿verdad? -sonreía el pequeño.
- No lo haré, ONU, te prometo que no lo haré. Y deberás recordar esto, pero no de cualquier manera. Me recordarás a través de un sueño -y la acarició la mejilla, en señal de despedida-. Ahora, vuela a casa, y olvídame hasta que vuelvas a soñar conmigo.

Estiró las alas, y alzó el vuelo viendo como aquella chica se desvanecía entre luces. Cuando ya no había nada, puso la vista al frente, dirigiéndose a su hogar. Sin saber como, ya había olvidado, para recordar en un sueño. Este sueño, en concreto. Porque sí, esto son recuerdos. Recuerdos de ONU, el cual tenía mucho que hacer, y no podía permitirse tonterías.



〰️〰️〰️Aclaraciones〰️〰️〰️

Un País Fantastico es un lugar que, en realidad, no existe. pertenecen a ditintos mundos, algunos se juntan aun si no tienen nada que ver, otros no. Por ejemplo, Wakanda, del universo Marvel, es uno de estos Países Fantásticos.
No esperéis que actualice esto pronto, solo es que lo necesito fuera de mis borradores, y rápido. Cuando el cap 1 salga, el resto le seguirán los martes y los jueves.

Apartado de dudas

さよなら!!!

¿Qué podría salir mal?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora