一 : Una Mala Idea.

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Sí, era una mala ídea.

Kamado Tanjiro lo supo desde el momento en que abrió la puerta de su departamento y vio a sus mejores amigos con botellas de alcohol.

¿Debería haberles cerrado la puerta en la cara y haber evitado todos los problemas que le traería? Sí, sin duda alguna. ¿En el futuro se arrepentiría de ese día? Absolutamente. ¿Y en ese momento ya sabía que nada bueno saldría de eso? Probablemente.

Pero de cualquier modo los hizo entrar.

—¡Celebremos!—Fue lo primero que sus amigos dijeron.

—¿Qué celebramos?—Preguntó Tanjiro.

—Que todos sobrevivimos a la temporada de exámenes y pasamos de año.—Dijo Zenitsu.

El pelirrojo suspiró.

Habían sido dos semanas agotadoras. Estaban en su segundo año de universidad y cada vez era más exigente. Estos exámenes en especial lo habían dejado exhausto mentalmente.

Kamado Tanjiro estudiaba pedagogía en historia y lenguaje. Una carrera que lo apasionaba. Tenía una beca para estudiar gracias a sus tiempos de escolar, donde había destacado gracias a su gusto por las clases.

Por eso, a pesar de estar cansado, no tenía la necesidad de emborracharse para dejar ir las tensiones de los exámenes.

—Honestamente, no creo que debamos beber.—Sentenció.

Sus amigos lo fulminaron con la mirada. Tanjiro tembló, sabiéndose el aguafiestas de la jornada.

—¡Vamos, Tanjiro!—Dijo Zenitsu, mientras ponía su mano en el hombro del contrario.—Hay que festejar. Casi muero en los exámenes.

—¿Qué tan difícil puede ser estudiar pedagogía en música, Monitsu?—Bufó Inosuke.—¡Nosotros fuimos los que casi morimos!

Al igual que el pelirrojo, Hashibira también estudiaba pedagogía en historia. Y si bien Inosuke nunca había sido la mente más brillante del universo, tenía una gran ventaja a su favor. Su familia era la encargada de un templo, por lo que había crecido oyendo historias de dioses japoneses.

Simplemente por eso seguía en la universidad.

—No, no, no debemos.—Volvió a decir.—Mañana es sábado, pero aún así tengo que ir a trabajar. Además que nunca me he emborrachado, así que podría enfermarme y si falto al trabajo, me lo descontarán.

—Vamos, Gonpanchiro, un poco no hará mal.—Habló Inosuke.—Tomamos un vaso cada uno, nos quejamos de los exámenes y será todo. Nada pasará.

Tanjiro suspiró agotado. Las miradas rogantes de sus amigos no lo dejaban decirles que no. Siempre había sido muy blando con ellos y les permitía meterlo en todos sus problemas.

Una vez más no haría daño. Y al estar en su departamento, nada podría ocurrir.

Viendo que ya no habían razones para negarse, el rojizo asintió.

—¡Sólo un vaso! ¿Okey?

(...)

—¡...y entonces le dije que su sombrero era el más feo de todo el mundo!—Carcajeó Tanjiro.

Sus amigos lo imitaron.

Ya llevaban más de cinco vasos cada uno. La ídea de tomar un poco había sido ignorada por completo, causando que ahora los tres chicos estuviesen más que ebrios.

Las copas se les habían ido totalmente al cerebro. Tanto así, que en algún de la velada se cambiaron de sitio, pasando del departamento del Kamado a la azotea del edificio.

Fire's Bride |KyoTan. (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora