Si había algo que Kamado Tanjiro tenía más que claro, era que los sueños eran sueños y no una realidad.
Desde pequeño que lo sabía, gracias a unas cuantas decepciones que había tenido, cuando sus sueños de ser un superhéroe, no se habían cumplido. Lo que lo había dejado bastante decepcionado, pero lo había hecho aceptar como funcionaba el mundo.
Por eso trató de convencerse de que el hombre frente a él era una ilusión de sus ojos.
Sí, estaba cansado y seguía con resaca. Mejor daba media vuelta, para ir a comprar comida china para la cena...
—No creí que te vería tan pronto, Kamado-Kun.—Dijo esa persona.
No, no le habían hablado. No tenía al hombre de su sueño al frente de él. Eso era imposible, era imposible, era total y absolutamente imposible...
—¿Te sientes bien, Kamado-Kun? Te veo algo pálido.—El hombre delante suyo puso su mano en la mejilla del pelirrojo, acariciándola con algo de preocupación.
Y ese contacto hizo temblar a Tanjiro de pies a cabeza, haciéndolo ver que no era una ilusión.
—¿¡Q-q-quién eres!?—Exclamó, dando un salto nervioso hacia atrás.
El mayor sonrió, mientras dejaba ir un suspiro.
—¿Tienes mala memoria o simplemente no puedes grabarte mi nombre, Kamado-Kun? Otra vez te lo diré, soy Rengoku Kyojurou, el dios de las llamas.
No. No podía ser. ¡El sueño había sido real!
Tanjiro quería gritar. Sin embargo, aún tenía un orgullo que mantener, razón por la que se aguantó su confusión y decidió tratar de entender un poco la situación.
—Lo de esta mañana... ¿Sí sucedió?
—Así es.—Respondió Rengoku.—Esta mañana te pedí matrimonio y me rechazaste.
Oh, sí, ya recordaba todo. El pelirrojo deseó estar en otro lado, le daba mucha vergüenza el tener que enfrentar al hombre al que había rechazado.
Que para colmo, era un dios, no un simple humano.
Decidió cambiar el tema, si seguían hablando de aquella mañana, se arrepentiría aún más de su borrachera.
—¿Qué hacías en el arbusto?—Preguntó, curioso por entender el extraño comportamiento del rubio.
—¡Ah, verdad! Casi lo olvidaba.—Exclamó Rengoku, mientras se agachaba para revisar el arbusto otra vez.—Serías una buena esposa, Kamado-Kun, me ayudarías a recordar cosas y así yo no olvidaría nada.
Ese había sido un comentario casual y despreocupado por parte de Kyojurou, el cual causó que las mejillas de Tanjiro enrojecieran de sobremanera.
Odiaba lo vulnerable que era con el mayor.
—Veamos, ¿Dónde estás...?—Murmuraba Rengoku, al mover las hojas.—¡Ahí estás!
En un rápido movimiento, agarró algo del arbusto. Algo que estaba vivo y se movía. En un acto de reflejo, el menor se alejó, temeroso de lo que podría ser.
Después de todo, de un dios se podía esperar cualquier cosa.
—No te asustes, Kamado-Kun.—Dijo el ojirrojo.—Estos pequeños podrán ser traviesos, pero no son malos. Y mucho menos le harían daño a mi futura esposa.
Dejando ir el coqueteo, Tanjiro se acercó un poco, para ver que era lo que Rengoku iba a mostrarle.
En sus manos había un zorro. Era de tamaño mediano, parecía ser un joven todavía. Tenía un hocico largo y orejas puntiagudas.
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Fire's Bride |KyoTan. (Pausada)
FanficKamado Tanjiro es un joven universitario con un montón de deberes y responsabilidades. Cansado de la rutina, un día a su hogar llegan sus mejores amigos con unas cuantas botellas y con la excusa de celebrar que habían pasado de año universitario. Tr...