二: ¿Un Dios?

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Kamado Tanjiro iba a desmayarse.

Nadie lo culparía si lo hacía, después de todo, la escena frente a él era casi irreal.

Un atractivo y muy masculino hombre, había aparecido quien sabe como en su departamento, diciendo ser el dios del fuego y venía a buscarlo, para casarse con él.

Y si eso no era razón para desmayarse, entonces cuál era una.

—¿Eres Kamado Tanjiro?—Interrogó el hombre, acercándose más y más al menor.

Saliéndose del agarre que había entre ellos, el pelirrojo tartamudeó unas cuantas palabras.

—Y-yo...

La jaqueca producida por la borrachera de la noche anterior empeoraba toda la situación. El tratar de hilar pensamientos hacía que la cabeza lo matara.

—Sí, soy Kamado Tanjiro, ¿Cómo lo sabes?

Al oír el nombre de Tanjiro, el rubio sonrió efusivamente. Rompiendo cualquier control, se lanzó a abrazar al muchacho frente a él, provocándole un mini infarto al Kamado.

—¡Ya que te encontré, debemos irnos!—Exclamó el mayor.

—Disculpe, ¿Irnos adónde?—Preguntó Tanjiro, aún más confundido.

—Nos iremos a mi mundo, apenas lleguemos nos casaremos.

El ojirrojo casi se ahoga con su saliva al oír eso. No se esperaba una respuesta así ni en sus peores sueños.

Con mucho esfuerzo, logró cortar la cercanía que tenía el desconocido con él y se alejó un poco, para así tratar de formular excusas para librarse de eso.

—Señor, de verdad que no puedo comprender todo lo que me dice. Si es una broma, no es para nada graciosa.—Sentenció.

Para su mala suerte, el extraño lo miró como si fuese Tanjiro, el que hablaba incoherencias.

—Ya lo dije, soy Rengoku Kyojurou, el dios del fuego y vine a buscarte, Kamado Tanjiro, tú eres mi futura esposa.

Un momento, ¿El tipo estaba hablando en serio? El pelirrojo caminó hasta el sofá, apoyándose en el respaldo de este. Sentía que las piernas le temblaban.

—Perdón, pero no creo esto.

—Yo tampoco lo creo.—Confesó Rengoku.—Cuando supe que alguien se había ofrecido a ser mi esposa, nunca pensé que sería alguien tan lindo.

Tratando de evadir el halago, para que así sus mejillas no enrojecieran, Tanjiro cuestionó:

—¿Cómo que ofrecido?

—En la madrugada gritaste que te casarías con cualquier dios, ¿No es así? Yo también entro en esa descripción, por lo que vine a buscarte a ti, antes que cualquier otro lo hiciera.

Algunos flashbacks de la borrachera lo atacaron. Los gritos y las carcajadas volvían a su mente. Sí, efectivamente había gritado todo eso y ahora se arrepentía por completo.

Sin embargo, había un detalle que lo dejaba pensando. No había modo de que Rengoku supiese lo de sus gritos, claro, a menor de que fuese un dios o un stalker.

Y como dudaba mucho que fuese un dios, por consecuencia, debía ser un stalker.

El pelirrojo tembló, ¡Debía llamar a la policía en ese mismo instante! Un stalker lo había vigilado desde la tarde del día anterior, había esperado que se emborrachara y escuchó sus estúpideces, para así hacerlo creer que era un dios.

De seguro, Inosuke y Zenitsu ya estaban durmiendo con los peces.

¡Maldito el momento en que aceptó beber con sus amigos, ya muertos! Había visto un montón de películas con stalkers y sabía que si no le seguía la corriente a Rengoku, también lo asesinarían.

Fire's Bride |KyoTan. (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora