Bloody Luck

5.

Since when?.
Since you nearly smiled.

- Grace Shelby.

Mi cabeza no paraba de dar vueltas a lo mismo, una y otra vez, siendo ese el motivo de mi insomnio esa noche. Pensando fríamente en lo ocurrido aquella misma mañana y siendo honesta, si, la había jodido pero no me arrepentía de mi decisión. Quizás si no hubiera salido en el momento adecuado, ahora podríamos estar celebrando un funeral. Aquel pensamiento heló mi sangre por completo.
Di mil vueltas en la cama tratando de dejar la mente en blanco y buscar un punto de relajación. Sin embargo, y muy a mi pesar, aquella noche no iba a dormir aún así lo quisiera. Así que me levanté con la esperanza de que la planta baja estuviera vacía, no estaba de humor para entablar conversación con nadie.

La irritación se coló por mi cuerpo cuando, desgraciadamente, una persona estaba sentada frente a un fuego leve en la sala de estar.

La iluminación del lugar era poco notoria, salvo por la luz que emanaba del fuego, lo demás se sumía en una oscuridad profunda. Me costaba ver por dónde caminaban mis pies pero ya conocía la casa demasiado bien como para tropezar. Hice mi camino hacia la persona que miraba el fuego como si fuera lo más interesante del lugar.

- Hola.- Saludé vagamente, tratando de no alzar demasiado la voz para no perturbar la tranquilidad del lugar.

Thomas apenas hizo un movimiento en mi dirección, estaba claro que seguía molesto por lo de esta mañana y no podía culparle. Me senté a su lado sin volver a emitir palabra alguna. El silencio no era incómodo pero tampoco ayudaba al hecho de que no podía parar de pensar en lo estúpida que había sido.

- ¿Tampoco puedes dormir?.- Su voz ronca llenó el lugar, casi podía jurar que estaba un poco borracho pero no le di más importancia.

- No.- El miró muy brevemente en mi dirección.- ¿Estás borracho?.- Había sonado a reprimenda pero no pretendía que fuera de esa manera, podía hacer lo que quisiera con su vida, no me podía importar menos. Él solo asintió y levantó la mano izquierda, donde sujetaba una botella de whisky para enseñarmela y ya de paso darle otro trago.

Agarré la botella y se la quité cuando terminó de beber de ella. Se quedó sorprendido ante mi acto y abrió la boca para decir algo pero la cerró cuando se dio cuenta del propósito de mis acciones. Empiné la botella y dejé que el líquido quemara mi garganta. Cuando terminé, Tommy estaba mirándome fijamente.

- ¿Qué?.- Cuestioné mientras me removía incómoda en el suelo.

Él simplemente sacudió la cabeza y se colocó más cerca de mi, para quitarme la botella y dejarla en el suelo.
Algo dentro de mi se activó y me quedé estática sin saber que hacer. Se acercó aún más y ahuecó mi cara entre sus manos.

- Tommy.- Alejé sus manos, sabiendo que eso no era correcto. Su mirada viajaba de mis ojos a mis labios.- Estás borracho.

Soltó una carcajada, que interrumpió aquel momento tan incómodo pero no cambió la posición; seguía mirándome de la misma forma.

En aquel lapso de tiempo, la mayoría de los pensamientos que tenía se centraban en Tommy actuando de esa manera y nunca antes había hecho algo así y definitivamente el desencadenante era el alcohol. Por ello no me tomé en serio sus acciones y dejé de pensar que esto afectaría mi relación con él, la cual hasta el momento se basaba en saludos cordiales y discusiones absurdas.

Pero lo incómodo de repente se tornó interesante cuando sus manos volvieron a posicionarse en mis mejillas, las cuales acarició muy suavemente como si tuviera miedo de hacerme daño. Tras eso, se acercó peligrosamente dispuesto a hacer aquello que yo más temía.
Sus labios, entonces, rozaron los míos. Pude notar el intenso sabor a whisky pero centré toda mi atención en continuar aquel beso, sorprendentemente profundo y agradable. Sus manos ahora bajaban a mí cuello, agarrando la parte de atrás con desesperación, el beso de repente se intensificó y resultó más agresivo que al principio. Su cuerpo ahora estaba más cerca y comencé a sentirme un tanto incómoda. Cuando tras unos segundos, su agarre comenzó a doler, traté de empujarle lejos de mi. Cosa que no conseguí hasta que grité su nombre diciendo que parase.