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Era tan común, ver sus labios al hablar, tocar su piel al abrazarle, brillar cuando sonríe, tomar su mano al caminar. Era normal, una costumbre desde que se conocen, la cual fue evolucionando por niveles más íntimos.

—Realmente no tengo mucha hambre. — JungKook confesó con un suspiro. —Comí fresas hace poco.

—Pero tu madre jamás compra fresas, es alérgica. —Ella rio en respuesta, la cosa más simple sobre el era alegría pura para Yerim.

—Es alérgica, pero sigue siendo mi fruta favorita. —Lo mencionó casi como si de un berrinche se tratara. — Así que tuve que robar las de TaeHyung, siempre descuidado.

—Tus amigos serían millonarios si te cobran toda la comida que les quitas. — sorbió un poco de su malteada de chocolate, deliciosa y su favorita desde que entró a estudiar. —Mañana yo te traeré, no deberías pasar hambre en clases.

JungKook sonrió, ella se preocupaba por cosas insignificantes, pero de cualquier manera le encantaba. — No tienes porque hacerlo, preciosa. —Ella le encantaba.

—Quieras o no, lo haré. —Dejó su malteada a un lado, acercándola a JeonGguk para que esté la terminará. — Me gusta cuidar de ti.

Ella podía sentir las miradas de otros en su persona, podía percibir el odio, la molestia, la manera en que la juzgaban, como la criticaban, y eso le atemorizaba bastante aún cuando era algo bastante común desde hace mucho tiempo. Pero, si podía percibir cosas negativas, ¿Porque no podía ver y sentir aquellas positivas?

Miraba a su novio sonreír, disfrutar de cosas pequeñas y ser lo más feliz posible a cada segundo, ¿como podía poseer tan confianza sobre el?, lo envidiaba, y deseaba aprender de eso.

Aun así, el miedo lo poseían todos.

—Linda. — JeonGguk llamó a Yerim, tomando ambas de sus manos para tener su atención. — ¿Pasa algo?

No eran problemas reales.

Ella negó. No le daría problemas encima a Jeon, ya que sabía que si le contaba sobre aquellas preocupaciones el sería capaz de terminar sus amistades o incluso hacer que expulsen a esas personas. —Todo está bien, Ggukie.

—¿Hoy iras a mi casa?, me enteré de que mis padres invitaron a los tuyos. —Dejó un pequeño y tierno beso en las manos de su contraria antes de soltarlas.

—Claro que iré, de cualquier manera iría sin que hubieran invitado a mis padres. —

Eran actos inocentes, pero significativos.

No era un secreto que los Jeon y los Kim estuvieran contentos por la relación, ambas familias se sentían satisfechas por lo que habían "encontrado". Los Kim un hombre suficiente y astuto, mientras que los Jeon una mujer linda.

Solo.. Linda.

Siempre existía una estática en el fondo de todo.

I don't wanna be you anymore ; jungriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora