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—Yerim, salimos en cinco minutos. —

Se sentía lejos. Como si una inseguridad que ella solía conocer con claridad, le atacara sin parar. El espejo podía reflejar su linda y destacable figura, pero de cualquier manera, Yerim no lograba ver eso.

Ella miraba defectos en cada pedazo de piel que su vista alcanzaba ver, como si nada en ella fuera suficiente. ¿Que tanto habían destruido a Kim Yerim?

Dicen que cuando eres popular, no debes preocuparte por ese tipo de cosas porque todos te idolatran. Entonces, ¿Porqué la juzgaban?
Podía hablar, pero no de más.
Podía llorar, pero parecería una exagerada.
Podía ser mala, pero eso la convertiría en una egoísta.
Podía sentirse linda, pero solo se vería como una presumida.

Si ella vestía de una manera, todos opinarían.

Ella era una imagen que no debía arruinar, el público siempre la vería en noticias o en redes, hablarían de lo que hizo o pensarían que tienen el derecho a juzgarla solo por actuar de alguna manera que no es aceptaba por todos.

Ellos querían hacer débil a Yerim. Destrozarla hasta dejarla en el olvido, convertir a la pequeña y linda Kim Yerim en una más del montón que se dejó llevar.

¿Rojo o azul?, ¿Largo o corto?, ¿Vestido o falda?, ¿Peinado o cabello suelto?, ¿A sus padres les parecería correcto lo que usaría?, ¿Por alguna vez en su vida se vestirá con algo que los Jeon acepten?, ¿JungKook estaría contento con ella?

Las preguntas iban y venían en su cabeza, como si hasta ella misma quisiera torturarse cuando no lo merece.

Después de unos minutos, optó por un vestido rojo de tela sedosa con detalles brillantes. Personalmente, no sería algo que ella usaría para una cena, o para cualquier otro evento. Estadísticamente, sería perfecto.

Bajo con cuidado las largas escaleras de su casa, algunas veces detestaba su enorme casa, mientras que otras solo agradecía por lo que tenía.
Consiguiente, observó a su madre buscando algo en su bolso Channel. Amaba a su madre, pero detestaría ser una réplica de ella.

—Cariño, Yerim. — Su madre al mirarla sonrió y se acercó a ella acariciando su suave piel de su cara, trasmitiendo aquel cariño y amor que todo hijo anhela de un padre.— Estas hermosa.. — siempre existía un "pero". — .. Pero pudiste elegir algo menos llamativo, o tal vez recoger tu cabello, no queremos que los Jeon piensen que eres demasiado para su hijo.

Y la calidez que sentía al recibir un halago por parte de su madre, se esfumó en cuestión de segundos. A decir verdad, no le sorprendía del todo. Hasta para sus padres, su propia hija era como un negocio del cual debían sacar la mayor ventaja posible.
















「 ☆ 」


















Sentía que podía entrar en pánico en cualquier momento, escuchando a sus padres hablar junto a los de su pareja sobre un compromiso, negocios y temas que incluían a su propia persona. ¿Podía decir algo al respecto? No.

En el mundo de los negocios y el reconocimiento, una imagen podía favorecerte a bienes mayores y hacerte ganar aquel concurso de "popularidad".
Una vez que inicias con todo no puedes parar, por lo cual es tú deber como empresario dejar un legado que se encargara de todo, el ejemplo más común y usado de todos:

Los hijos.

—Jeon JungKook en unos días va a tener un campeonato de béisbol. —La señora Jeon hablaba con una copa de vino en su mano, ella era realmente bonita pero aún así su hijo se parecía más a su padre. — Pensábamos que era una buena idea que Yerim asistiera, sería una noticia bastante brillante. "Los Jeon y Kim creando un lazo cada vez más fuerte".

En cambio, la señora Kim se mantenía en una postura bastante sencilla. — No se preocupe, ella va a asistir a todos los eventos de JungKook mientras él luzca ropa de nuestra marca.

La reputación en una vida tan débil era todo por sobrevivir, así que para mantenerse más y más fuerte, tienes que promocionarte para parecer inalcanzable.

Yerim realmente dejó de poner atención hace un rato, solo movía la comida en su plato o cerraba sus ojos con cansancio. Se sentía cansada mentalmente y era uno de los peores sentimientos en un ser humano.

Pero todo se podía esfumar en cualquier momento, podía volar en cuestión de segundos y sentir que sus preocupaciones realmente jamás existieron.

¿Cómo?, Jeon JungKook tomando su mano bajo la mesa.

Era un acto inocente y privado, verdadero y simple. El hecho de que nadie lo notara y no hubiera ninguna cámara invadiendo o arruinando el momento, lo hacía especial.
No era forzado y tampoco era apresurado, solo eran sus manos entrelazándose con absoluto cariño.

Si se sentía odiada, JeonGguk la amaría.
Si se sentía infeliz, JeonGguk sacrificaría su felicidad para dársela a ella.
Si se sentía exhausta, JeonGguk se convertiría en energía.
Si ella era mal, JeonGguk sería el ángel que la guiaría a la luz.

Y el simple hecho de que estuviera sosteniendo su mano con firmeza y dulzura, era más que suficiente para ella.

Estará bien. — Él susurró con sutileza en su oído, dándole ciertos escalofríos a Yerim, pero aún así le dio una extraña tranquilidad instantánea.— Absolutamente todo estará bien.

Y solo por ese momento, sintió que todo podía ser correcto.

I don't wanna be you anymore ; jungriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora