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Quede deslumbrada por estos chicos.
Para que negarlo, soy el tipo de chica que le gusta gozar los placeres de la vida, y por qué no, poder darles una buena repasada.
Justo en ese momento iban bajando de la camioneta, el primero, era el que venía manejando, un sueño orgásmico y de fantasía sexual en toda la extensión de la palabra, donde su atlético y bien trabajado torso me llamó la atención, se marcaba perfectamente con su camisa blanca ajustada, piel clara que combina perfectamente con su cabello oscuro, venia riéndose, él sabía perfectamente lo que nos estaba causando, porque no solo era yo, todas las chicas estaban babeando por ellos; el segundo, el más alto de los tres, cabello castaño oscuro alborotado y unos ojos de color chocolate, su piel de este un poco más bronceada y con una sonrisa que delata que es el más travieso de los tres, por último el más pequeño, con una mirada dulce que hace que te derritas en automático, cejas pobladas y unos ojos azul verdoso profundos como el mar y sin olvidar sus pestañas largas y rizadas alucinantes, mientras que nosotras necesitamos kilos de maquillaje para conseguir un aspecto similar.
-¿Dime algo, Lena, no estas nerviosa por el primer día?
-¿Qué?, respondí torpemente, no escuche que dijo
-¿Perdón, qué decías Archie?
- Nada veo que estas interesada por otros asuntos, apunto con la cabeza a nuestros nuevos vecinos.
-¡Hey!, aclare mi garganta, estaba tan sorprendida por estos chicos, no todos los días se ven chicos tan guapos y menos en un pueblo tan pequeño y si sucede algo o llega alguien nuevo, es novedad por semanas o meses, si es muy interesante.
Archie tomo las cajas del piso y empezó a menear la cabeza con desaprobación.
-¡Vamos, te ayudo a subir tus cajas!
Estábamos entrando a la residencia, tenía buen aspecto, me toco en la segunda planta en la habitación B40, me estaban invadiendo los nervios, nunca había compartido cuarto con alguien y desde luego con una mujer, he de confesar que siempre me he llevado mejor con hombres, me adapto rápido y no hay necesidad de aparentar o comportarme algo que no quiero ser.
Estaba abierta la puerta de la habitación que iba compartir, entre y lo primero que observe fue a una chica, castaña hermosa, vestía exageradamente glamurosa, con un pantalón de cuadros gris, un suéter de tortuga blanco, boina y bolsa color rosa pastel y sin olvidar unas gafas de sol transparentes en forma de llama de fuego.
-《 ¡Diantres, lo que me faltaba, una chica fresa! 》.
Me aclare la garganta y observe a un señor de traje azul, bastante elegante él se encuentra absorto en una llamada telefónica.
Estoy a punto de hablar, cuando la castaña gira y me mira con una sonrisa radiante.
- ¡Hola, tú debes ser mi compañera, soy Iris Rainn!