Shigaraki × Deku

Hogar

La tenue luz tras las nubes recorría las calles heladas de la ciudad. Un peliverde buscaba refugio de una tormenta que, por unos instantes, se había detenido. Su hogar no era una opción, pues de alguna forma encontraba paz en el grisáceo cielo que yacía ante sus brillantes ojos esmeralda. La lluvia comenzaba de nuevo. Deteniéndose en lo que parecía un callejón abandonado, emprendió con cierto recelo, camino hacia el, sintiendo escalofríos por las cajas de madera quebradas esparcidas ya viejas que resonaban con las gotas de lluvia tras pisarlas. Grande fue su sorpresa al encontrar una puerta al final con un bar limpio y ordenado con un típico estilo clásico. Pero había alguien más, Izuku no dijo una palabra y se dirigió sigilosamente a esa persona entrando en el bar. Se detuvo y se arrodillo al ver un pañuelo rojo, lo recojió mas esta acción encontró las narices de dos personas. Lentamente se levantaron. Izuku por su parte sintió un frío que le recorría todo el cuerpo, mientras miraba fijamente los ojos rubi de un chico de pelo gris.

-¿Que haces aquí?- hablo aquella silueta obscura. Una mano con un dedo levantafo presionaba el pecho de Izuku, quien al escuchar aquella voz aspera murmuro -Shigaraki... puedo explicar... pero yo...- La tormenta interrumpió a Izuku y ambos escucharon su estruendosa melodía. Shigaraki se retiro del momento para cerrar con seguro la puerta. Izuku lo siguió, mientras que el peligris lo miraba de reojo. Escondió sus manos en su bolsillo y se sentó en la pequeña banca que daba a una ventana. A su lado, ya se encontraba su invitado inesperado, quien moría de curiosidad:

-Es tu casa supongo. Pensé que no tenías un hogar... es un poco lúgubre, pero tiene un toque que me encanta- sonrió despreocupado- oh cierto. Me he metido aquí sin permiso, pero... ¿puedo quedarme?- expreso Izuku, con la mirada más dulce que Shigaraki había visto, acompañada de un leve suspiro y un sonrojo apenas visible. - Entiendo si quieres que me vaya, no es que siquiera nos soportemos. ¿Quien lo diría? Tu y yo juntos en un día nublado... no tengo escapatoria, y creo que es el clima... porque realmente me siento en confianza en este momento - Shigarali quien se veía indiferente hacía su enemigo hace unos minutos, empezaba a mirar con interés al peliverde a su lado.

- Hoy no es un buen día, y no estoy de humor para limpiar tus cenizas... puedes quedarte- en su mente, Shigaraki se sentía confundido al mencionar estas palabras, claro que quería capturarlo pero cautivado por cada palabra como una melodía y las miradas tímidas que Izuku le dirigía, se derretía por dentro. Sabía que pronto estos sentimientos se desbordarían. Izuku sabía que algo estaba ocurriendo en cuanto Shigaraki sonrió levemente tras hablar.

-Hay tanto que quiero comprender de ti... eres poderoso y misterioso... tu pasado es incierto pero... tu presente, ahora mismo, puede ser perfecto. No importa lo que haya sucedido anteriormente Shigaraki Tomura. Aquellas batallas y peleas... yo siempre admire tu determinación aunque era la incorrecta y no tenía una guía. Sin embargo, ahora te encuentro indefenso. Dime Shigaraki... ¿que es lo que sientes?- Shigaraki sonrojado rozo levemente las manos de Izuku, quien contemplaba como la mirada de Shigaraki se tornaba insegura y su cara tomaba un hermoso color carmín. Los minutos pasaron y el silencio recorría no solo los viejos pasillos del bar, sino también los corazones de los dos. Sin pensar en nada, cerrando los ojos y respirando hondo, Izuku acaricio suavemente su cuello, acercándose lentamente, para suspirar a unos centímetros y encontrar sus labios.

Shigaraki no sabía que hacer, pero la cálida sensación en su cuello y el dulce y corto beso de Izuku habían detonado una confesión que guardaba desde el primer instante en que lo conoció.

-Miras al cielo y tu llanto se pierde en la lluvia. Cierra los ojos lentamente ¿piensas en algo o en alguien?- Menciono de manera aleatoria Shigaraki, tratando de recobrar el aliento. Izuku sin entender que sucedía, dejo escapar unas lágrimas

-¿Acaso te sientes tan solo como yo?- dijo con una voz quebradiza Izuku.

-No ahora... tal vez nunca si te quedas a mi lado- dijo Shigaraki, abrazando tiernamente a Izuku.

-Solo eres tu. Solo tu. Y mi corazón se calienta y alegra solo contigo. Yo... Quiero llorar... quiero sonreír ... el destino suele ser cruel. Pero yo... siempre cuidaré de ti. Solo di... si sientes algo. Tanto como yo... - susurró Shigaraki en su oreja.

-Perdón, creo que me desmayaré- "su cuerpo, sus manos, todo el es cálido" pensó Izuku, cerrando con fuerza sus ojos.

-Tal vez, no fue una coincidencia encontrarnos hoy- Dijo antes de irse a sus sueños. La tarde no demoro en tornarse un recuerdo. Shigaraki cerro los ojos y no dijo nada más. El hogar que tanto había buscado se encontraba en el corazón de aquel héroe que descansaba a su lado.