Cap 1| Descubrimientos

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Dejemos algo en claro, para poder hacer esta historia, digamos que la historia tiene 13 años más que la historia original, hací que Harry nació en el año 1993, no en 1980, para que este parejo con la historia de Percy.

Yo no cree, ni soy autora de Harry Potter, Percy Jackson, ni de The Gamer.

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Un pequeño niño se encontraba podando el jardín bajo el brillante sol que ya se estaba empezando a ocultar, el niño tenia 9 años, 10 al día siguiente, aunque aparentaba menos por su baja estatura y su delgadez, preocupante a decir verdad, aunque no se notaba, ya que su ropa era como unas 5 veces más grande que el niño, y eso cubría su delgado cuerpo, su pelo era una mata de cabello negro ondulado, desordenado e indomable, en ese momento se encontraba bastante sucio con tierra, puesto que estaba trabajando en el Jardín, su piel era trigueña tirando para clara, sus ojos eran de una tonalidad de verde tan brillante que opacaba a las plantas que tenia a su alrededor en el jardín, un tono Avada Kedavra, los cuales eran opacados por unos lentes redondos horribles que el niño estaba obligado a usar por su distorsionada visión, sus rasgos eran delicados y tiernos, puesto que aun era un niño, su nariz era pequeña y redonda, sus mejillas regordetas, sus labios carnosos y sus dientes eran blancos, aunque no como si fuera esa sonrisa de comercial que dejaba ciego a uno, su nombre era Harrison Potter Evans.

El niño estaba distraido, habia parado la maquina un segundo para poder recuperarse del agotamiento, el sudor se deslizaba por su cara y por su cuerpo, lo que junto a la tierra y polvo que se le habia quedado en la cara, le generaba ligeras manchas de barro, por estar tan distrido no lo vio, pero una esfera de luz de color verde apareció encima de su cabeza, para luego descender y unirse a el, generándole un gran dolor de cabeza, que el niño tuvo que ignorar y seguir haciendo sus tareas.

Un rato después, el pequeño había terminado de arreglar el jardín, hací que de forma tranquila se metió a la casa y sin darle una mirada a su tía, la cual estaba viendo el programa de chismes en la televisión, se fue al baño, cuando trabajaba en el jardín, por regla tenía que ir al baño y ducharse, su tía no iba a permitir que la tierra, barro y suciedad que el tenía ensuciara la casa o terminará ensuciando la comida que luego, el tendría que preparar.

A penas su cuerpo toco el agua, sus músculos se relajando, la sensación del agua recorriendo su cuerpo siempre lo hacía sentirse bien, se sentía tranquilo, en paz, en su propio elemento.

Sus tutores eran su tía de parte de madre y su tío político, sus padres, desgraciadamente, habían muerto en un accidente de auto al su padre estar manejando borracho, según sus tíos, hací que cuando sus padres murieron, el había pasado a manos de ellos, su tía era una mujer rubia de ojos marrones, muy poco agraciada, alta y con un cuello el doble de alto de lo normal, con una permanente mueca de asco en su cara, una jirafa en toda su regla, era ese tipo de mujer que mostraba ser una ama de casa ejemplar, con una casa ejemplar, pero que nunca hacía nada, todo se lo hacían, su tío era un hombre demasiado gordo, de pelo negro con canas, un bigote inmenso, unos ojos azules acuosos y una cara rosada, una morsa, la cual tenía un trabajo ejemplar, pero que trataba a todos como seres inferiores a el y no podíamos olvidarnos de su estúpido primo, a pesar de tener solo 10 años, su pelo era rubio como el de su madre, sus ojos azules, su cara rosada y su cuerpo casi tan gordo como el de su padre, una copia de su padre, con el pelo de su madre, eran el maldito estereotipo de familia perfecta que generaba o envidia, o ganas de vomitar.

Cuando termino de hacer la comida, se sirvió un plato de forma silenciosa y se lo llevo a su alacena, lo puso a un costado de la puerta y volvió a la cocina, esta vez volvió a servir los platos, pero haciendo más ruido, para que su tía venga y avise a su tío y a su primó, no tuvo la necesidad ni siquiera de ver como su tía lo fulminaba con la mirada, se fue apenas la vio cruzar la puerta de la cocina, en dirección a su alacena.

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