Capítulo 10

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«Perdón por la demora, no he tenido mucho tiempo de escribir durante el verano y los pocos días que tenía estaba corta de ideas, pero aquí les dejo el siguiente capítulo. Intentaré publicar más cuando empiece la universidad, lo prometo»

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Optimismo y vitalidad eran dos palabras que definirían estupendamente al chico risueño que se apresuró a avanzar hacia la selva, no sin antes coger de cada brazo a ciertos compañeros.

-¡Vamos a ser los mejores!

El peliverde y el rubio lo miraron con cara de expectación. A pesar de llevar ciertos días ya con el joven, aún no entendían cómo podía estar tan tranquilo por el hecho de estar llevándolos a una muerte casi segura. Aunque optaron por creer que simplemente era así de estúpido, a veces.

Aunque lo que preocupa más al pequeño rubio es saber porque se había vuelto tan complicado entrar en la marina. Antes, con un poco de esfuerzo y entrega te aceptaban. Ahora era todo un infierno y realmente quería saber como había llegado todo hasta aquí. Y maldecir a su padre por obligarle a alistarse en algo que no quería solamente por su "ineficacia" como guerrero, y ser una desgracia, como decía él.

Por otra banda, el peliverde tenía sus propios motivos para acceder a la marina. Se lo había prometido a Kuina y lo conseguiría pasara lo que pasara.

*Grrrshaash*

Apenas unos minutos después de entrar caminando, un extraño ruido alertó al trío y los puso en alerta.

Pero, mirando de un lugar a otro, se extrañaron de no ver ningún animal ni movimiento.

-Alomejor ha sido algún grupo o alguien que nos sigue.

Pero antes de que nadie pudiera replicar, un enorme pico salió volando de entre las copas más altas para aterrizar en la cara de Zoro.

Una mezcla de tucán y mono había conseguido zamparse toda la cabeza de Zoro en un segundo. O eso creyó.

-¡CARNEEEE!

Luffy no dudó ni dos segundos a estirar sus brazos para coger al extraño ser que lo esquivó por los pelos, liberando a un Zoro mojado por babas.

-Estás de fábula-Sanji no pudo evitar reirse-. Ahora pareces moho.

-¿Algún problema, espiral?

Pero antes de que pudieran responderse más o empezar a pelear, Luffy volvió a estirar los brazos y cogió al mono alado con cabeza de tucán, con la mala suerte de que éste empezó a volar y arrastró a nuestro pequeño mono con él.

-¡Mierda! ¿Cómo demonios cogemos a un mono volador en la maldita selva?

-¿Puede que quiera platanos?

Zoro bufó.

-ESA COSA CASI ME ARRANCA LA CABEZA, COMO VA A QUERER PLATANOS

Sanji y Zoro empezaron a correr tras el animal.

Dejando atrás lo que era el aspecto y paisaje de selva, llegaron a un descampado en medio de tanta forestación.

Un prado circular, de unos 10 metros de diámetro, cubierto de flores y pequeños matorrales, con una pequeña brisa soplando y moviendo todo ligeramente, casi idílico. Si no fuera por el hecho de ser el nido de los animales que habían raptado a Luffy.

Y ahora todos los miraban a ellos.

-Zoro...-Sanji le miró acusadoramente, como si tuviera un plan- Puede que tú sí seas un platano para ellos.

-¿Me estás vacilando? ¡Haz tu de cebo!

-¿Quieres salvar a ese idiota o no? ¡A ti almenos ya te han probado! Y las lechugas son sanas.

-Esta me la devuelves.

Y así empezó la primera mañana de este peculiar trío, sin saber que pronto se encontrarían al primer afectado.

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