¿Porque?
La pregunta que siempre ronda en su cabeza pero a la cual no ha podido dar respuesta ni una sola vez.
El ¿Porque? Del amor, el ¿Porque? del dolor, el ¿Porque? De sus decisiones ya sean buenas o malas.
¿Es instinto? ¿Lo que su corazón dicta...
«Abrir tu corazón a alguien es una confianza que le entregarás a alguien en algún momento de tu vida, hijo».
Cuando era niño había escuchado esa frase de su madre, pero como tal no la entendió.
Ahora que era un adulto con un gran hijo del cual sentirse orgulloso y de una pareja a la cual deseaba reconquistar, no podía hacer más que reír penosamente al entender la frase.
Si tan solo no hubiera hecho el tonto de si mismo.
Así que frente a Kouki diciéndole uno de sus más grandes miedos, la debilidad, apelo al suave corazón de quién amablemente había abierto su alma para amar.
-¿Todo esto a sido por eso? ¿Temias que alguien te viera débil porque me mostrases algo de cariño?-
Seijuuro asintió viéndose perdido y Kouki no pudo hacer más que sentir a su corazón apretarse.
-Se requiere ser un hombre fuerte para mostrar a otro que lo amas. Eso no es debilidad ¿Quien te dijo eso?-
-Por favor Kouki, se que no lo merezco pero, no dejes morir mi esperanza. Te amo-
Kouki mordía sus labios, el corazón latía con tal desesperación, que creía moriría.
Jamás sintió el fuego apagarse en su corazón, así que cuando las lágrimas cayeron por sus mejillas, no pudo más que acercarse a quien aún amaba y llorar mientras escondía su rostro entre su hombro y cuello.
-No llores, partes mi alma, no te merezco. Pero ya no quiero mentirme, quiero luchar, se me acorta la vida de pensar que te he perdido ya, solo quiero que me creas y que sepas que estoy desesperado, me ahogo Kouki, me ahogo sin ti. Todos estos años he estado hundido-
Kouki aunque lo intentara, no podía dejar de llorar, de expresar su dolor y alegría, el peso que cargaba se convertía en algo inexistente. El deseo de que formaran la familia que siempre debieron ser.
-Te perdono Seijuuro, te perdono-
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Enji sonreía y tocaba su corazón al escuchar el llanto y las palabras que sus padres se dedicaban el uno al otro.
El perdón y el amor que aún ambos sentían, el hecho de saber que su padre cargaba con ese dolor en su pecho, con esa pena y se sentía orgulloso de saberse parte de la cura.
Que el acercamiento que habían tenido; aunque algo accidentado había servido, que había derribado ese muro que los separaba.
Sabía que aún venía una lucha por delante, la forma en la que ambos llevarían lo que esperaba fuera una duradera relación. El hecho de que Akashi Seijuuro era alguien importante y la consecuencia de saberse pronto que esté tenía una familia.
