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Jeno se encontraba tirado en su cama mirando al techo, desde hace dos horas trataba de dormir pero no lograba conciliar el sueño.

Cuando entró en su cuarto sus pensamientos lo atacaron; lo lindo que se veía Jaemin mirando su gran helado, sus ojos brillantes y su amplia sonrisa. Sonrisa que amaba ver.

Desde hace algunos meses se dio cuenta que pasaba mucho tiempo admirando al castaño, su esponjoso cabello, sus abultados labios que cuando se extendían formaban la más resplandeciente sonrisa que ha visto en su vida, su pequeña nariz que arrugaba se cuando se molestaba, y sus ojos, sus hermosos ojos cafés que resaltaban más por sus largas pestañas; en los que amaba perderse.

No lo quería aceptar, no entendía como llegó a sentir cosas por contrario. Pero lo hizo y se quitó un peso de encima. Hubo un corto tiempo donde trato de evitarlo para ver si eso le ayudaba a disminuir sus sentimientos. Pero solo se causó daño. Se dio cuenta de lo mucho que necesitaba estar cerca del otro. Y eso era algo evidente, no sabe porque pensó que eso iba a resolver todo; hace cinco años aproximadamente fue que conoció a Jaemin, al principio lo irritaba un poco, expulsaba alegría por todos sus poros, pero nunca se había acercado a él. Hasta un día en que por azares del destino, lo vio entrar a la sala de prácticas que había reservado ese día.

—Oye— llamo su atención y este lo volteó a ver —Si viste el papel en puerta que dice que esta sala está reservada ¿no?

—Oh si, lo siento, es solo que necesito ensayar una coreografía que necesito para mañana y para mí mala suerte todas las salas están ocupadas por nuestros superiores. Así que le pregunte a una de las señoritas en recepción por esta sala y me dijo que había un trainee ensayando. Pensé que podría practicar aquí, claro, si no te molesta.

Jeno suspiró, no quería ser muy grosero corriendo al chico de la sala y era la primera vez que hablaban, no quería dar una mala impresión.

—Esta bien, puedes quedarte— Dijo de mala gana.

— Gracias, por un momento pensé que me echarías— Soltó una risa ligera —Soy Jaemin ¿Cómo te llamas?

—Jeno— Dijo con tono seco

— Justo en conocerte Jeno, creo que te he visto antes ¿Ya nos conocíamos? Me resultas familiar

—No, apenas nos presentamos. Seguramente me viste en la audición.

— Si, es lo más probable. Y ¿ya te dijeron en que grupo te piensan debutar? —El pelinegro asintió —¡Qué bien! A mí también ya me dijeron ¿Cómo se llama el grupo?

— Haces muchas preguntas, ¿no crees?

El castaño asintió con un puchero —Si, todo el mundo me dice eso, perdón si te estoy molestando

Jeno se sintió mal —No lo haces— Negó con la cabeza y el otro sonrío.

—Bueno, ya no te molesto, será mejor que empiece a ensayar

Pasaron dos horas ensayando sin dirigirse la palabra.

Jaemin fue hacia su mochila y sacó una botella de agua sentándose en el piso. Termino de ensayar más rápido de lo pensó y se dispuso a ver a Jeno un rato. Sintió que su mirada lo empezaba a incomodar, dejó de verlo guardando su botella y se acomodo la mochila en el hombro.

Jeno vio por el espejo de la habitación como se levantaba y se sacudía el polvo del trasero. Se dio cuenta que este no lo había dejado de mirar y se sintió un poco incómodo, pero no le molestaba demasiado. Le gustaba que le gente lo viera. Siguió al contrario con la vista en su viaje hacia la puerta, pero este freno cuando estaba por girar la perilla, se quedo un par de segundos con la cabeza gacha viendo sus pies, como si pensara algo, y se giró hacia él con una sonrisa.

—¿Te gustaría que fuéramos por un bubble tea cuando termines de ensayar? —Se veía entusiasmado en hacer esa propuesta y no le parecía tan mala idea salir a tomar algo, de todos modos se moría por tomar algo que estuviera frío y no el agua de su termo que seguramente ya se encontraba caliente.

—Okey, espérame en recepción— Jaemin asintió sonriente y salió de la sala cerrando la puerta de paso.

Ese día se la pasaron juntos, hablando y preguntando sobre sus vidas. Descubrieron que tenían mucho en común y entraron en confianza, se sentían cómodos el uno con el otro. Desde entonces eran inseparables, hacían todo juntos e iban a todos lados juntos. Se acostumbro demasiado a tener a un cariñoso Jaemin a su alrededor.

Después de ponerse algo nostálgico con recuerdos de él y Jaemin, cayó en brazos de morfeo abrazando a una de sus almohadas con ambos brazos.

사랑해 [Nomin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora