La fiebre de los gigantes de hielo.

Capitulo 13 Amor helado.

AVISO: Este capítulo contiene yaoi hard (chico x chico) si no es de tu agrado le aconsejo no seguir leyendo. Muchas gracias y que lo disfruten.
....................................

Odiaba encontrarse así de mal, pero ese malestar paso a un segundo plano cuando el dios del trueno le acomodo sobre aquella cama. Parecía que daba igual cuanto fuera arropado, ese frío no le dejaba en paz, sabía que en realidad era fiebre y posiblemente volvía a tener unas cuantas décimas, si Thor se enteraba de eso posiblemente le obligaría a volver a Midgard. Opto por fingir que estaba durmiendo plácidamente, así tendría la posibilidad de pensar con tranquilidad pues seguramente su hermano le dejaría descansar. Pero todos sus pensamientos se esfumaron al sentirle tan...cerca. Desde que se fueron de Asgard, Thor y él pasaron más tiempo juntos, tal vez demasiado, se negaba a seguir negando lo que ya era evidente y dejo ver muchas veces en sus acciones. Un amor silenciado que le estaba llevando a la locura, quería emerger, ya le costaba callarlo pues cada día que pasaba se volvía más fuerte, pero...había que ser realistas, el rubio no le vería nunca del mismo modo. Sin embargo, al oír esas palabras sus mejillas se comenzaron a teñir de un color carmesí, tuvo que dejar de hacerse el dormido antes de que el contrario se preocupara demasiado. Sus ojos se toparon con aquellos hermosos orbes que poseían un brillo que ninguna magia podría imitar. No dudo en tomarle de la mano para así poder llamar su atención, porque de alguna forma sentía que ambos se perdieron en esa mirada.

–¿Qué es lo que tu corazón anhela decirme? –Preguntándolo directamente esperando una respuesta.

Se sorprendió cuando Loki le tomo la mano, pero el muy tramposo había estado escuchándole mientras se hacia el dormido ¿Qué otra explicación había? –Creo que madre te dijo bien claro que escuchar a escondidas es de un mal educado y no es propio de un príncipe. –

–Thor, por favor. –Rogó el pelinegro acariciándole la mano con el pulgar. –Quiero oírlo, ahora que Odín no está aquí y no nos puede gobernar. –

–Loki...-

–Por favor, Thor. –Volvió a rogar esperando que su hermano finalmente cediera.

No podía negarse a esa cara tan hermosa. Suspiro pesadamente a rascándose la nuca con su mano libre. –Ya sabes que no soy un hombre de palabras, soy un guerrero, soy más de acciones. –

–Entonces muéstrame lo que tu voz no puede decir con palabras. –Contesto el ojiverde inmediatamente con tono decidido, quería saber que era lo que albergaba el corazón de su hermano.

Daba igual lo que dijera, el dios de las travesuras estaba decidido a saber que era lo que ocultaba. Para que luego le dijera que era un cabezota cuando se le metía algo entre ceja y ceja, pues Loki también lo era, así que a la próxima se lo recordaría. Pero ahora su corazón latía con fuerza, como nunca antes lo había hecho a pesar de librar infinidad de batallas. Ahora comprendía que no existía mayor muestra de valor que expresar o decir lo que uno sentía. Estaba nervioso por primera vez, sin darse cuenta estaba acariciando la suave y delicada mejilla que poseía Loki, era tan fácil decir que se lo mostrara, aunque todo lo que hizo desde que se fueron de Asgard apuntaba a lo mismo. Habían pasado mucho tiempo juntos desde que eran niños, viviendo aventuras, combatiendo batallas, apoyándose mutuamente... Ahora era su oportunidad de demostrarle que esa amistad y amor de hermano, era mucho más de lo que el mundo pensaba. Finalmente comprendía que ese sentir era porque lo amaba. No podía evitar pensar en si su padre, planeo todo eso desde un principio para así unir a ambas razas y dejar la guerra. Y ahora ahí estaban, en donde todo comenzó, cuando Loki paso a ser parte de su familia. Pudo escuchar como el pelinegro le llamo en un leve susurro, parecía que empezaba a impacientarse un poco por su respuesta. Dedicándole una tierna sonrisa al mismo tiempo que mirando aquellos hermosos ojos verdosos, se fue acercando al rostro del dios de las travesuras. Cada segundo que pasaba era como una pequeña tortura, pero al igual que cuando estaba en primera línea de batalla, tomo el valor suficiente para juntar sus labios uniéndolos en un beso de amor sincero.