Capítulo 1 parte dos "El padre de los asesinos."

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La gran mayoría del tiempo, las personas no comprenden lo que la muerte significa, ellos solo ven un hecho; dejar esta vida, así que le tienen miedo.

Temen a la muerte, como si fuera un castigo, como si fuera el peor augurio.

Que limitados.

Si las personas vieran a la muerte como lo que en realidad es, dejarían de temerle, muy por el contrario, la esperarían con ansias, aguardarían cada día a que su momento llegue, pero no, la gente prefiere temerle y eso muy a menudo me ayuda a darme cuenta que lo que hago, no es tan malo.

Las personas bailan sabiendo que la canción ha de terminar.

Leen un libro sabiendo que habrá un final.

Compran ropa aún cuando tal vez se rompa.

Pero viven una vida deseando ser inmortal.

¿Por qué vivir una vida si te reusas a llegar al final?

Si las personas vivieran su vida comprendiendo que cada día falta menos para el fin, estoy segura que vivirían más.

Pero no, ellos deciden vivir con miedo, y no saben que el miedo es el peor enemigo del hombre, si tienes miedo, no actúas, si no actúas no te defiendes, si no te defiendes, mueres.

Si Clarissa hubiera sabido esto, si tan solo ella no hubiera tenido miedo de morir, tal vez, solo tal vez estaría viva.

Pero una vez más, el miedo por alargar una vida insignificante fue el causante de su muerte.

Antes incluso de que pueda retirar su cuerpo, una de las las alarmas se enciende.

Sin siquiera ver cuál es, saco otra pistola del estante, reviso que esté cargada y me dirijo al monitor, en una de ls cámaras aparece un hombre, cuando voltea a la cámara me quedo helada.

Imposible.

Mientras el continúa subiendo yo le quito el seguro a la puerta y me coloco junto a ella, de esta forma es más fácil que pueda tenerlo bajo control.

Toca la puerta y al no tener respuesta entra a la habitación.

Inmediatamente cuando da un paso, apunto la pistola a su cabeza.

-Muevete y te mueres.- Él se queda parado, no hace ningún movimiento.- ¿Cómo me encontraste?

-¿Importa? Ya estoy aquí.

-No debiste venir, lo sabes.- Él no dice nada, solo se queda parado, mirando al frente.- ¿Qué haces aquí?

Después de unos minutos me doy cuenta que está mirado el cuerpo de Clarrissa.

-¿Qué? ¿Nunca has visto un cadáver?

-Eve, papá murió.- Después de escuchar eso, mi brazo cae y mi mano suelta el arma, todo mi cuerpo de repente pesa, y la habitación da vueltas.

Doy un par de pasos para atrás y mi vista comienza a nublarse, lo último que puedo ver es a Mike, mi hermano, extender sus brazos hacia mí, y entonces me pierdo.

Poco a poco abro los ojos, estoy en mi habitación, <mi habitación> sé que Mike debió traerme, la pregunta es cómo dió no solo con mi habitación, con mi casa, en realidad.

Me siento en la cama, y no me sorprende ver a Mike sentado en una silla frente a mí.

-Me desmayé.

-Eventualmente.

Ni siquiera intento contenerme, simplemente dejo que lagrimas broten de mis ojos, siempre juré que el día que papá muriera, lloraría un mar de lágrimas, y eso haré.

Inmediatamente Mike viene a mí y me abraza.

Pasaron años desde la última vez que Mike pudo siquiera tocarme, y hoy, hoy me aprieta con todas la fuerza que logra reunir.

Pero él sabe que ni toda la fuerza del mundo será necesaria para ayudarme en este momento.

El único hombre al que de verdad he amado, ha muerto.

Papá murió y una parte de mi corazón también lo ha hecho.

No sé cuánto tiempo ha pasado desde que Mike me tomó en sus brazos, y tampoco me importa mucho, yo solo me permito seguir así, y llorar. Es todo lo que quiero.

-Eve, debemos volver a casa.- Con un poco de dificultad me separo de él y me siento en la cama.

-No volveré a esa casa.- Mike seca mis lagrimas con sus dedos y sonrié de medio lado.

-Lo harás.

Mientras permanezco acostada en la cama, Mike saca ropa de mi armario y la mete en una maleta.

Yo aprovecho para hacerle varias preguntas.

-¿Qué pasó?- Mike me mira y sonríe.

-Un infarto.- Mi cara debe reflejar exactamente lo que pasa por mi mente, incredulidad.- Sé lo que piensas, pero ya era una persona grande, lo sabes.

-Jamás tuvo problemas de salud.

-Eve, es algo normal, lo sabes, irónico, pero normal.

-El padre de diez asesinos muere de un infarto, suena a un buen encabezado.

-Él jamás nos vió de esa forma.

-Por eso siempre fie el mejor hombre del mundo.

-Y lo será por siempre, Eve.

-¿Le dolió? - Mike cierra la maleta y se sienta en la cama.

-Fue mientras dormía, no creo que lo haya sentido, y aunque así hubiera sido, hay cosas que debieron de haberle dolido más.

<No te vayas Eve, no me dejes.>

-No quise dejarlo. jamás quise hacerlo.

-Lo sé, y él lo sabía, pero eso no quiere decir que le haya dolido menos. Es hora de irnos.

-Aún hay algo que debo hacer en la sala de juegos.

-Eve, ya lo hice, todo está limpio.- Mike toma la maleta y sale de la habitación.

Muy a regañadientes me obligo a salir de la cama y bajar al vestíbulo.

-¿Cuándo lo hiciste?

-Estuviste un buen rato inconsciente, ahora vamos, el camino es largo.

Sin absolutamente nada, más que mi telefono, mi cartera y la maleta que Mike hizo, salgo de mi casa y subo al auto de Mike.

Mientras dejo atrás el edificio al que llamo casa, no puedo evitar pensar que pasará un buen rato hasta que pueda volver.

Tengo el extraño presentimiento de que Townfield tiene muchas cosas preparadas para mí.


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⏰ Last updated: Aug 18, 2019 ⏰

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Los ojos del diablo.Where stories live. Discover now