Desearía que levantáramos nuestras copas todos los aquí presentes, púes por algo debemos brindar.
Brindemos por aquellos momentos dónde no sabemos si realmente lo que queremos es reír o si simplemente queremos llorar.
Brindemos por aquellos sentimientos encontrados los cuales nos dejan un sabor extraño; tan dulce y a la vez tan amargo, si, esos momentos dónde se encuentran cara a cara las tiernas y harmónicas risas con el espeso dolor del triste llanto.
Oh! Brindemos por los corazones rotos que a pesar de su amarga tristeza saben encontrar un simple motivo para sonreir. Hoy me siento inmensamente triste porque no te tengo pero estoy alegre porque sé, que aunque no conmigo amor de mi vida, eres feliz.