El día en que me pregunten qué se sintió haberte conocido, lo primero que vendrá a mi mente será la palabra "Ramé" porque haberte conocido fue lo más caótico y hermoso que me pudo pasar.
Era obvio que no estábamos destinados a estar juntos, pero aún así decidimos intentarlo.
Tú eras el sol y yo era la luna; ambos teníamos nuestro propio brillo pero... no podíamos brillar al mismo tiempo, y aunque luego de cada choque decidíamos intentarlo otra vez sabíamos que sólo nos hacíamos daño.Nos dañábamos al creer que el destino cambiaría su curso sólo para darnos la felicidad con la que incontables veces soñamos.
Ahora todo lo que nos queda por decir es que al fin y al cabo, ese "Nosotros" que un día decidimos encaminar sólo fue el boleto que nos llevaría hacía el lugar donde realmente estábamos destinados. Se podría decir que sólo fuimos el camino hacía un destino hermoso, y sería Justo destacar que a pesar de los tantos errores que cometimos y de todas esas veces que sentimos odiarnos, caminar juntos fue algo inolvidablemente maravilloso.
Nos amábamos con locura, pero lamentablemente eso no fue suficiente; sentarnos a comer golosinas y ver películas luego de una pelea no nos iba a funcionar para toda la vida; un beso no siempre iba a calmar nuestro enojo y así fue... llegó el momento dónde ya no nos comprendíamos y las ganas de seguir intentando se fueron desvaneciendo.
Aún recuerdo la conversación de aquella noche; tristemente sabíamos que esa sería la última. No hubieron gritos, no hubieron llantos, sólo dos personas sin fuerzas para continuar algo que desde el inicio se sintió incierto, sólo éramos dos personas cansadas terminando algo que para ambos fue una hermosa pérdida de tiempo que siempre recordaríamos cómo el perfecto "Ramé".