12.

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Actualidad.

     Observaba a la ventana. El sol estaba en su punto máximo. El cielo completamente despejado. Algunos árboles se notaban.
    
     —Bien, ¿Qué sucedió después José Luis?.
     —No sé si pueda continuar, señor. Usted es psicólogo, creo que lo entiende.
     —¿Qué pasó después de aquel día?.
     —Fue un día especial... Un once de noviembre. Al principio... Era complicado, pues, yo era un chico que no dejaba el fútbol, pero lo dejé por ella.
     —Cuéntame más a fondo eso...
     —Como le he mencionado, siempre llegaba a verme jugar. Hablábamos un rato y ya. Pero, cuando comenzamos a ser novios, tenía que estar con ella si o si. Lo que me ayudó muchísimo es que hubieron torneos de fútbol en la escuela, por lo tanto, ambas canchas estaban ocupadas. Nos sentábamos en las tribunas a hablar. Al principio me costaba encontrar temas de plática. Pero, con el tiempo, no dejé de hablar.
     —De acuerdo, pero, ¿Por qué fue tan especial para ti?, Tan solo fueron cinco meses de noviazgo.
     —Suena tonto, lo sé, pero, la amé de verdad.
     —Te entiendo... ¿Cómo se llevaban?.
     —Muy bien, de hecho, nuestra relación iba muy en serio. Sus papás me conocían, iba a su casa por algunas tardes. Regresando de la escuela entraba a su casa un rato a hablar con ella mientras daba el tiempo para que ella fuera por su hermana. Prácticamente, todo iba bien señor.
     —¿Peleaban?.
     —No, casi no. Discutíamos pero nunca fue más de cuatro palabras.
     —Y, ¿Qué pasó?.
     —Dicen que la manera más rápida y eficaz de derrocar a un imperio, es que sus propios ideales lo destruyan.
     —¿A qué te refieres José Luis?.
     —Yo hice que nuestro noviazgo se cayera a pedazos. Temía que alguien más dañara nuestra relación, pero, nunca me di cuenta que yo también lo podía hacer. Mis celos, mi tonto miedo a perderla y, mi egocentrismo llevaron nuestra relación al borde. Y, yo derramé la última gota del vaso de agua.
     —De acuerdo... ¿Qué sucedió para que ella te terminará?.
     —Le cuento...
     Suspiré.
     Era momento de continuar con la historia.

El Emperador y La EmperatrizDonde viven las historias. Descúbrelo ahora