S I E T E.

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SunGu corría en su forma animal detrás de un hermoso lobo albino con detalles grises que de vez en cuando se sentaba en sus patas traseras en modo de burla porque el pequeño cachorro no lo podía atrapar.

-. ¡Papi! Ya no quiero jugar.- mencionó el cachorro através del lazo mientras lamía su nariz moviendo su cola de un lado al otro.

TaeHyung corrió en cuatro patas hacia su pequeño hijo y lo tomo del cuello, el pequeño lobo entre gris y negro comenzó a gruñir e intentar alejar el hocico de su padre pero no podía. Este iba colgando del hocico de su padre mirando sus patas, la escena era demasiado tierna para el alfa que los miraba desde el inicio de aquel sendero a las afueras de Seúl; por primera vez quiso ir y dejar salir su lobo para ir a jugar con aquella familia que en su momento tuvo y ahora ya no. Nunca había dejado que TaeHyung viera a su lobo porque sentía que aquel chico se asustaría al ver a su alfa.

El lobo de YoonGi era completamente negro con ojos tan amarillos que intimidaba en cambio el lobo de TaeHyung era un hermoso canino albino con finos detalles grises que hacían sentar más su color y al parecer su pequeño hijo portaba de animal a un hermoso lobo gris de grandes ojos azules. La diosa de había encargado de mezclar muy bien los colores de ambos lobos de tal manera que SunGu jamás pudiera negar su trascendencia, los ojos de aquel lobo habían sido un pequeño regalo de parte de Zeus al cachorro que estaba en este mundo gracias a un descendiente de Licaón y pensaba que debía temer de aquel cachorro pero no lo hacía porque el corazón puro y noble de Athenea descansaba en uno de sus padres mientras que el otro padre descansaba la descendencia de Apolo. La unión de aquellos lobos era casi inaudita pero la diosa Luna decidió por Zeus cuando el alma pura de TaeHyung se unió a la descendencia de Athenea y el corazón guerrero de YoonGi descendió de Apolo no dudó en que debían estar juntos por la eternidad.

El lobo de YoonGi emanó por su propia cuenta corriendo hacia su omega que jugaba con su cachorro.

-. Omega mío...- murmuró el lobo negro con unos bellos ojos se le acercó al lobo albino.

-. Alfa...- Gruñó TaeHyung, le parecía imposible que aquel lobo idiota siempre lo sigue. Quería paz pero con YoonGi cerca no la conseguía.

-. Solo vengo a jugar con mi cachorro.- aquello bastó para que el pequeño e indefenso corazón de SunGu comenzará a latir con tanta fuerza que sentía que se saldría de su pecho.

Hace años que Kim SunGu quería conocer a su padre, hace años que quería poder jugar con su padre... Tenía una imagen de un joven e inexperto YoonGi en su cabeza, su padre omega nunca le había negado la opción de hablar de aquel padre alfa que le faltaba. SunGu por un tiempo pensó que tenía una madre pero su papi le explicó que no, que el se había preñado de un alfa.

En tiempo récord TaeHyung y SunGu volvieron a su forma humana, el cachorro fue hacia su ropa y se vistió con lágrimas en los ojos. TaeHyung por su parte se dedicó a morder su labio con fuerza e intentar ayudar a su hijo cuando ya estaba vestido, SunGu se negaba para continuar el mismo con su tarea. El cachorro tenía una pena muy grande que albergaba su pequeño corazón, los niños son seres de luz que imaginan sin saber que su imaginación puede ser incorrecta, SunGu había imaginado a un padre alfa para nada de aquel hombre o aquella primera impresión de ese hombre, pensaba que tendría un padre que lo ayudaría con sus tareas mientras su otro padre le preparaba su lonchera para el día siguiente de escuela o que cuando su padre omega lo castigará por comer demasiados dulces y lo dejará sin comer más durante el día él le daría a escondidas sus caramelos favoritos pero aquel hombre que tenía al frente más de darle amor a él y su padre omega los hacia llorar.

-. Papi, quiero irme.-

-. Pero bebé, este es tu lugar favorito y tú me pediste venir por días.- la voz de TaeHyung sonó más quebrada de lo que hubiera querido, no le gustaba la tristeza que veía en los ojos de su pequeño hijo.

-. ¡Quiero salir de aquí!.- YoonGi no espero que aquel grito sonará tal cual cuando vio a su madre con otro hombre, no espero que sonará con la misma tristeza, con el mismo dolor que sintió. La mano de TaeHyung se estiró hacia la pequeña mano de su hijo los cuales comenzaron a caminar en silencio.

YoonGi con rapidez volvió a su forma humana sintiéndose repentinamente débil y es que hace mucho su lobo no se dejaba ver, no se sentía preparado para emanar y aún así lo había hecho. Se vestió con rapidez mientras corría descalzo hacia el omega y el cachorro.

-. SunGu.- la voz de YoonGi salió distorsionada por ir en carrera hacia ellos. El cachorro paro su andar pero no soltó la mano de su padre que le trasmitía tranquila dad, la poca que le quedaba a TaeHyung.- Hey cachorro, ten.- saco una barra grande de chocolate poniendola a la vista del pequeño cachorro, sus ojitos brillaron al ver su barra de chocolate preferida, esa que su papá no lo dejaba comer más de tres trozos pequeños al día por su pequeños dientes, nunca había visto la barra completa porque su papá o su tío se encargaban de guardarla. Estiró su mano libre hacia la barra y sus yemas rozaron el envase del caramelo más no lo tomo, dejo caer su mano de golpe.

-. Papi me enseñó que no debo recibir dulces de extraños.- aquello había dolido.

Cuando el cachorro tiró de la mano de TaeHyung para que siguieran caminando YoonGi por primera vez en mucho tiempo se permitió estar mal, se permitió llorar haciendo que luego de los segundo sus superficiales lágrimas se convirtieran en un río alojado en sus mejillas. Siempre pensó que los había tenido aunque los hubiera abandonado, siempre pensó que cuando él volviera a buscarlos ellos lo recibirían con los brazos abiertos pero jamás pensó sentir el rechazo de su propio hijo, de su propia sangre.

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Algo de dioses griegos, me encanta la mitología griega.

Cachorro. (YoonTae) TERMINADA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora