O N C E.

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"Esta bien, todo está bien." Cuanto más lo repitas más lo crees y TaeHyung después de dos semanas se decía eso a diario. Se había prometido no volver a caer en las redes de aquel alfa pero ya no podía, cada detalle de YoonGi era hermoso.

El primer día llego con un chocolate, para el segundo fueron flores, para el tercero fue una carta y hací fueron pasando los días con el mayor dándole pequeños detalles que le hacían temblar las piernas de manera que cada día se auto convenciera que todo estaba bien y que realmente no se estaba volviendo a enamorar.

YoonGi tenía un plan y lo ejecutaba al pie de la letra. Por el día era de TaeHyung y por las noches era de un omega cualquiera que pasará por su cama, no quería enamorarse y aunque con el pasar de los días la conexión con su lobo se perdía cada día más no tenía intención de volver a caer en los encantos del omega, no de nuevo.

Cada mañana al despertar soñaba con el rostro de TaeHyung y cada noche al dormirse se preguntaba cómo diablos ese omega lo había elegido, todos dicen que el amor es para siempre y eso era lo que necesitaba, joder, un para siempre con TaeHyung sería una vida que quería vivir y disfrutar pero tenía miedo... Miedo a amarlo tanto que lo llegara a lastimar.

Su plan era: casarse con el omega, marcarlo, ponerle el apellido al cachorro y hacer que TaeHyung pasará cada won a su nombre para luego irse pero está vez para siempre. No le podía prometer más que una vida por unos cortos cinco años para que el traspaso quedará seguro, no más de cinco años que probablemente  disfrutaría con éxtasis pero más no.

¿Cómo mierda iba a amarlo si no era capaz de sostener sus manos y darle abrigo en sus momentos más difíciles?

Y allí estaba, completamente ebrio en la barra de aquel asqueroso bar de mala muerte de unos de los barrios bajos de Seúl viendo al chico de la barra con ojos rojos y quebradizos, necesitaba un abrazo.

-. ¿Cómo me ves...?.- el mayor le sonrió y continuo limpiando el vaso con aquel trapo, ya no necesitaba ser limpiado pero lo hacía por costumbre.

-. Que yo jamás podría hacerle eso a JungKook.- susurro el chico con esa típica sonrisa de enamorado, realmente estaba enamorado de su omega y no podría alejarse de él aunque quisiera.- marque a ese omega cuando recién se presentó, somos primos y perdimos todo el apoyo familiar. A ambos nos repudian pero nos enamoramos y en el corazón nadie manda.- YoonGi paso el dorso de sus dedos por su nariz y termino de beber el vodka negro que le había dado el tipo.

-. ¿Debería volver con él?.- el de pelo morado le asintió con la cabeza dejando por fin el vaso en su lugar.- eres un idiota, un alfa enamorado que no sabe distinguir los negocios del amor.-

-. Soy un idiota pero soy feliz porque al llegar a mi casa me espera un lindo azabache durmiendo con una sonrisa tan linda que me llena, en cambio tú, por favor mirate.-

-.¿Qué?.- YoonGi le levantó el mentón tratando de parecer enojado más su estado etílico no le favorecía.

-. Ebrio en un bar de mala muerte, sufriendo por un omega que en cualquier momento encontrará a otro alfa y lo perderás.- Auch, ese otro alfa era Hoseok y YoonGi en el fondo lo sabía, lo iba a perder y eso era lo que más lo desesperaba.-

-. Mira SeokJin... Nadie te pidió la opinión así...- se levantó sosteniéndose de la barra.- me voy.-

-. Tú taxi llegó hace diez minutos, lo pagas tú.-

(...)

-. Maneja hacia la dirección que te doy yo, no la que te dio el estúpido bar man.- El taxista beta gruñó.

En menos de quince minutos se encontraba a las afueras de la casa del omega, aquella casa guardaba tantos secretos y tantos recuerdos que realmente le daba unas ganas de pasar allí la eternidad con su omega y su cachorro.

(...)

TaeHyung despertó gracias a los fuertes golpeteos en la puerta, prácticamente la estanban echando a bajo y solo estaba él con su hijo, tenía miedo. Se acercó con cierta lentitud, cuando llego tomo el pomo dando un pequeño salto al sentir como volvían a tocar la puerta con tal fuerza que sentía que la botarían.

-. YoonGi...- quedó con las palabras en la boca gracias al beso que el alfa le dio, un beso que dejaba saborear aquel sabor a alcohol.

Las traviesas manos de YoonGi bajaron al menudo pero apetecible trasero de TaeHyung para apretar con fuerza, el omega reaccionó empujando al alfa de su cercanía aquello no lo esperaba y ¡Eran las cinco de la mañana!

-. ¿Qué demonios te...?.- nuevamente sus labios fueron invadidos por los del mayor quién prácticamente estaba fuera de sí con una erección en la entrepierna y completamente sediento del omega.- YoonGi basta... Así no.- le dijo el omega y vio a su cachorro frotándose los ojitos con sus manos.

-. Papi...- el bostezo salió de los tiernos labios de SunGu quien no veía mucho por la oscuridad, TaeHyung con toda su fuerza empujó al alfa al sofá que por suerte se quedó quieto ahí acostado mirando hacia la pared.

-. Mi amor... Aquí estoy, vamos a la cama de nuevo.- el cachorro asintió cuando sintió los brazos de su papá tomarlo, acostó la cabeza en el hombro de Tae comenzando a dormirse nuevamente.

-. Papi ¿Qué hacías aquí?.- TaeHyung se tenso.

-. Agua, mi vida. Necesitaba agua y se me había acabado en la habitación.- SunGu abrazo a su Leoncito de felpa sintiendo como su papá lo arropaba, sin quererlo comenzó a chupar su pulgar.- SunGu sabes que no debes chupar tu dedo, ya eres grande.-

Más no hubo respuesta, ahora su mayor problema era le alfa ebrio que estaba en su sala. Tenía miedo de salir y que aquel hombre lo empotrara en un pared para comerle la boca así que optó por lo más fácil... Dormirse con su pequeño hijo.

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Weon son 10 para las cuatro de la mañana y yo escribiendo al son de black veil brides con la gata de mi hermana en mis piernas, bien ahí.

Cachorro. (YoonTae) TERMINADA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora