Veo que necesitabas tiempo a solas con Evan- Miles rió, mirando a su hermana con picardía, pues no se debía tener habilidades psiquícas para comprender que entre Evan y Elle había mucho más que una buena relación de amistad.
- No jodas, Miles-Elle dejó su cartera en el sillón y caminó hasta la cocina para buscar un poco de néctar.
- Pero si estaban por besarse...
Elle miró a su hermano y camin9 hasta quedar frente a él.
- No hables más mierda, sabes que amo a Elliot. Evan es sólo un amigo, lo que viste no fue nada comprometedor.
- Sólo estaban a un milímetro de besarse- bufó Miles, lleno de ironía.
- Es mejor que vaya a dormir. Evan mañana dará una fiesta en su casa, bueno...es de James, así que si quieres vas conmigo-esas fueros sus últimas palabras y subió a su cuarto.
Estaba acostada, tapada por completo con sus sábanas. Algo dentro de ella la dejaba inquieta, pensaba en Evan, pensaba en por qué pensaba todo el tiempo en él, y por qué cuando estaba a su lado, apenas podía pensar.
- Me gusta estar contigo, me siento realmente bien . Y ... no creo que esto sea algo malo, sabemos lo que pasa entre tú y yo.
Evan acarició su rostro y la miraba de manera tierna, como si fuera fácil para él expresar sus ideas.
- Jamás pensé que podrías fijarte en mí- Elle lo miró sonriendo- Eres tan bueno, y a veces siento que yo no soy una buena persona para ti.
- Para mí eres la mejor, no hay nadie en este mundo que me acelere tanto el corazón como cuando estoy contigo.
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- ¿No crees que estamos destinados a estar juntos?-Evan le sonrió y besó su nariz.
- Es lo que más quiero en la vida.
- ¡Entonces tendrás que respetarme, maldita perra!- de pronto, ese tierno y cálido rostro de Evan, se transformó en la furia de Elliot, quien la atormentaba con sus celos injustificados hacia Evan.
Elle se despertó en medio de la cama, con su frente sudada, haciendo que algunas mechas de cabello se peguen por su cara.
La chica prendió la lámpara que estaba al lado, y comenzó a suspirar fuerte.
Miró la hora, y justo eran las tres de la mañana.
- "genial, la hora en la que salen los muertos"- pensó y volvió a taparse, con una mezcla de emoción y vergüenza por su sueño romántico junto a Evan.
{...}
Evan estaba en su casa, desayunada junto a Justyna y Joe, sus primos, quienes siempre ke hacían preguntas que odiaba responder, pero que de igual forma lo hacía, quizá, sólo porque eran sus primos más cercanos y a los únicos que dejaba entrar a su habitación.
