Reunión.

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POV Lauren.

Realmente no sabía como posicionarme. Podría estirarme con mi cabeza mirando para abajo, cerca de sus piernas o tal vez, sentarme y estirarme un poco, sin llegar a acostarme tanto. Sino por ahí podría, desde los pies de la cama apoyarme un una de mis manos y en mis rodillas...

"¿Desde cuando poner una crema se volvió tan difícil?" Estaba perdida en este pensamiento cuando ella habló.

- En verdad, no necesitas hacerlo Lauren, yo pue...

Tengo que reconocer que fue pura y exclusivamente un impulso, de esos típicos míos, el que me hizo colocarme con mis piernas a cada lado de su cuerpo, mirando para sus pies, a la altura de su cintura... Cualquier opción que haya pensado antes era menos invasiva o por lo menos más acordé a la situación, pero no, simplemente me puse arriba de ella.

Cuando mi impulso tuvo lugar escuché que ella dijo "Carajo, no me hagas esto...." e inmediatamente se tapó la cara con la almohada, mientras que sus brazos la sujetaban con fuerza. Sé que no esta bien, pero el notar su desesperación me hizo sentir por un momento bastante satisfecha. Fue por eso que ahora, en sus piernas el contacto no lo limite solo a lo necesario. Cada tanto, hacía rozar más dedos en su piel al pasarle la crema, a lo que ella respondía tratando de no levantar tanto sus caderas, pero no lo conseguía disimular con el éxito que seguramente ella quería.

Terminé más rápido de lo que pensé, pero también estaba algo preocupada por que Camila no se sofocara con la almohada, ya que desde que empecé, no se la quitó de su cara. Por lo que cuando terminé, salí con mucho cuidado y me fui a fijar si ella estaba viva... Suavemente agarré la almohada y comencé a retirarla.

Ella estaba por completo roja aún con sus ojos cerrados, su cara desprendía el calor lógico de haber tenido la almohada un buen tiempo, y también estaba algo transpirada, sin contar que tenía su pelo algo alborotado. El verla así hizo que mi mente se fuera y recorriera tantas situaciones en segundos... Ella intentaba adaptarse ahora al aire fresco.

- Ya terminé. - Le dije sin importarme lo obvio que eso era.

Ella seguía respirando con algo de dificultad, y al oírme se modio el labio inferior una fracción de segundo... Verla en ese estado era todo un espectáculo...

- Podes ir a la cocina... para desayunar algo... - Me dijo como pudo.

- ¿Usted desayunó?

Ella negó con la cabeza.

- ¿Sale a correr sin consumir nada antes? Eso es bastante tonto. - Le dije con un tono de reproche

- Solo hoy... - Se justificó.

- Bueno, voy a prepararle algo, enseguida vuelvo. - Le dije retirándome de su habitación, sin cerrar del todo bien la puerta.

Me gustó la cocina que tenía, estaba equipada para que solo con apretar un par de botones se tuviera todo listo. Y mucho tiempo no me llevó, ya que el café estaba preparado, había encontrado ensalada de fruta en el heladera mientras buscaba jugo, y solo tuve que esperar por las tostadas.

Estaba llevando la bandera con especial cuidado, ya que era la segunda vez que tenía que volver a la cocina por derramar horriblemente el café, y ya no quedaba mucho en la cafetera. Así que iba lento. Mientras llegaba a la puerta de la habitación de Camila, comencé a escuchar ruidos... en realidad fue un gemido, muy audible. Eso me hizo parar por completo. Cuando intenté volver a caminar pensando que por ahí fue otra cosa, escuché otro gemido, y un poco después uno más... Bueno, me quedó en claro que no era mi imaginación. Me agaché y deposite en el piso la bandeja, y me quedé ahí, a un costado de la puerta, sentada, esperando a que...terminara.

El Momento Adecuado. (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora