Inevitable.

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POV Lauren.

A mi siempre me gustó cuando el destino me gritaba que algo tenía que pasar lo quisiera o no. Me gustaba más cuando eso "inevitable" era algo que me agradaba, como en este caso, porque era una constante reafirmación de que lo que sentí tan intensamente desde un comienzo por ella, tenía que ser así, y no por imaginación o idealización mia.

Después de dar pena con mi despedida, aquel día cuando la conocí, la encontré fortuitamente varias veces, pero solo en una ocasión ella logró verme.

La primera vez de esas "inevitables veces" en donde la vi, fue cuando iba a llevarle a mi papá un par de papeles que él solía olvidarse a propósito cada tanto. Eso lo descubrí una vez cuando le pregunté cómo era posible que se olvidara los papeles teniendo en cuenta que mi mamá le decía cada dos palabras que no se los olvidara por la mañana. Él simplemente me respondió que la necesidad verla era suficiente motivo para aguantar los reclamos posteriores de ella, por no prestarle atención y hacerla ir a llevarlos. O sea, él se olvidaba a propósito los papeles para que mi mamá tuviera que ir a dónde estaba él, y así disfrutar de su compañia... Hoy eso no le salió bien, ya que iba yo en su lugar, mi mamá tenía algo que hacer.

Mientras iba caminando, cada tanto giraba la carpeta en mis manos, en una de esas veces se me cayó a centímetros de un charco de agua. Al levantar la carpeta, mientras agradecia mi buena fortuna, me llamó la atención aquella agua acumulada. No había llovido durante varios días, así que miré de donde venía y fue ahí que me di cuenta que estaba en frente de una peluquería, y que su tanque para contener el agua del aire acondicionado estaba llena. Al ver más detenidamente en su interior, la vi. Camila estaba ahí haciéndose algo en el pelo. Sonreí de inmediato, e impulsivamente entré.

Era un ambiente agradable, música con ritmo, pero nada estruendosa. Estaba a un nivel adecuado para que las personas ahí dentro pudieran hablar normalmente, lo que hacían en un tono también agradable, creando una muy bonita atmósfera armoniosa en el lugar. Todos estaban con su atención en algo diferente, Camila por ejemplo estaba hablando animadamente con el peluquero que la atendía. Es hermosa.

- Hola, buenas tardes, ¿Te puedo ayudar en algo, reina? - Me preguntó un hombre con un acento gracioso.

- Ahm... Hola... el tanque del agua del aire acondicionado que tienen afuera está desbordándose. - Le dije, mientras señalaba afuera.

- Oh, bueno, gracias por avisar. Ahora hago que alguien se ocupe de eso...

- Si quiere lo puedo hacer yo. - Me ofrecí.

- Eso sería raro. - Me dijo levantando una ceja.

- Si, pero a cambio me podría dejar que me sentara en una de esas sillas donde la gente espera. Sería un rato solamente.

- Eso es más raro aún. - Me dijo honesto.

Como vi que era muy posible que no me dejara quedarme, miré en dirección a Camila quién se estaba riendo lo que provocó que yo sonriera. Él se giró para ver qué era lo que me había hecho sonreír.

- ¿La conoces? - Me dijo mirándome otra vez.

- No... Pero eso quiero. - Respondí sin prestar atención a lo que le decía.

- Oh... - Dijo y la volvió a mirar. - Es algo mayor, ¿no crees?

Al decirme eso reaccioné, posiblemente estaba siendo bastante evidente.

- Bueno, ya me voy, disculpe la molestia. - Le dije tratando de irme rápido.

- Vacía el agua en el cordón de la vereda, volvelo a poner bien, y luego podes quedarte un rato a soñar... Era lindo tener tu edad. - Me dijo con algo de nostalgia y se fue a atender el teléfono que sonaba.

El Momento Adecuado. (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora