Trece.☆

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─ ¡Min Jimin!

Se escuchaba los gritos por los pasillos que pasaba el joven, como si fuera un eco, aunque si lo era.

─ ¡Jungkook, cállate! ─ dijo el mismísimo Min Yoongi.

En serio que esta gente estaba demente, tal vez Yoongi era el único cuerdo ahí, porque demás no, ni siquiera la directora, y eso que era la que mandaba y dirigía todo.

─ Si estas buscando a Jimin, pues lamento informarte que ahora mismo esta en clases, así que te vas relajando. ─ Hizo una pausa, poniendo sus manos en su cintura. ─ Además, ¿para que lo necesitas?

─ No te incumbe, Min ─ resopló, ya algo cansado de estar encerrado en esas cuatro paredes las cuales llamaban colegio.

El más bajito se acerco intimidante al otro, parando un poco, mirando al azabache antes de acercase más; ─ Si me incumbe, no sé si te has dado cuenta cuando gritaste ''Min Jimin'', lleva mi apellido por ende es mi esposo, claro que me incumbe si hay un hombre loco llamándole. ─ Respondió, se alejo y miro de arriba hacia abajo ─ ¿no se supone que debes estar dando clases, tú igual? 

─ Están dando un examen ahora mismo ─ alza su hombros, restandole importancia al asunto.

Por parte del mayor, este abre exageradamente sus ojos, los pasos que había dado para alejarse los vuelve a dar para acercarse y pegarle en la parte trasera del cuello, haciendo un sonido sordo, pero que seguramente dolió mucho para Jungkook.

─ Tal vez sea estúpido, pero también es tonto. Y ya, no le digo más, lárguese de aquí.

Jungkook resignado se devolvió a su salón y ahora que lo pensaba, las últimas palabras que había dicho Yoongi se le habían quedado, tenía razón, no es más estúpido porque no le da para más. Bufó, le indignada que ese pálido estuviera en lo cierto.

Miraba hacía abajo, observando como el piso estaba limpio, tan limpio que se reflejaba en el. Sin darse cuenta choco con alguien, alguien más bajito que él y que tenía un largo cabello, ¿rojo, tal vez? gracias a la luz del sol se podía confundir con un tono naranja, no le molestaba el naranja, de hecho, el naranja y la naranja era lo único bueno del mundo.

─ ¡Jeon! Cuanto tiempo, me alegra verte.

─ ¡Jisoo! A mi no me alegra verte ─ levantó su mirada, en serio que esa chica era bonita, pero no su tipo, le gustaban más altos, rubios, que a simple vista aparentan ser amables pero en realidad son unos demonios, y que especialmente lo buscara, a pesar de estar cojo. Mierda. Estaba perdido.

─ Tan amable como siempre ─ le dedico una sonrisa, claramente era una llena de sarcasmo.

─ No tengo tiempo para ti, en serio que no. ─ Trato de esquivarla y hacerse a un lado para poder pasar, aún estaba en su cabeza las palabras de Yoongi.

─ ¿Y para Taehyung si?

Fue lo único que debio decir para que Jungkook parara de tratar de alejarla de él. Un escalofrío le recorrió por toda la espalda, de repente sentía que hacía más frío de lo normal.

─ Me encantaría hablar contigo en algún momento, ¿sabes, Jungkook? ─ dio unos pasos más, el azabache sentía la respiración de la joven, estaba caliente y fresca, olia a menta, seguro que comió un chicle de algo parecido, muy fresco. Observo como posicionaba una de sus pequeñas manos en su hombro derecho y se hizo a un lado. ─ Pero bueno, esperaré a que me busques, después de todo Taehyung no es lo que parece y no te necesita a ti. ─ Palmeo el mismo hombro unas dos veces y antes de irse dijo esto último; ─ alejate de él, es lo mejor para ambos.

Y sin más se fue.

Dejando a un Jungkook totalmente confundido.

¡Odio al profesor Kim! ♡ kookv. [hiatus] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora