[One Shoot sacado de Facebook, todos los créditos al autor original.]
Frank abrió la puerta del dormitorio con brusquedad, y se tiró sobre la cama boca abajo, frustrado. El celular en su bolsillo vibró y aunque su primer instinto fue ignorarlo, finalmente decidió optar por leer el mensaje.
Gerard – 21:32
“Hey, F, ¿estás aburrido? ¿Quieres bajar a comer algo?”
¿Cómo era posible que en cada conversación con el chico, la comida siempre fuera un tema predominante? Se volteó sobre el colchón boca arriba, y celular en mano, se dispuso a responderle el texto.
Frank – 21:34
“Estoy evitando el Lobby, ven a mi cuarto y ordenamos.”
Apenas envió el mensaje se preguntó si no habría hablado de más, porque ya se imaginaba que la primera pregunta de su amigo sería la más lógica: ¿por qué?
Trató de no prestarle atención a ese detalle y se metió al baño a cambiarse de ropa, no había necesidad de estar vestido formal para pasar un rato con un amigo. Dejó la camisa en el cesto de ropa sucia que todas las mañanas retiraba la mucama, y se soltó un par de botones el cinturón. Estaba en la tarea de sacarse los zapatos cuando golpearon la puerta.
“¿Gerard?” preguntó, aunque realmente no necesitaba oir su voz para saber la respuesta.
“¡El mismo!” exclamó el pelirrojo.
“Ahí va” respondió mientras se ponía una remera blanca que estaba arriba de la cama desde hacía tres días. Esa habitación se había vuelto tan desordenado como su casa en L.A.
Finalmente abrió la puerta, acomodándose el cabello con una mano porque el cuello de la camiseta se lo había desordenado. Gerard se rió para ahogar un comentario sobre lo coqueto que era su amigo, y entró al dormitorio sin invitación.
“¿Ya con hambre, Gerard?” preguntó Frank cerrando la puerta después de dejarlo pasar, “comimos hace apenas un par de horas” le recordó. Gerard se encogió de hombros y se sentó en un rincón de la cama, con el celular en la mano y jugueteando con los botones.
“Un poco es el hambre, y otro poco el aburrimiento” explicó, escribió algo más en el celular y al parecer dio la conversación por terminada con quien fuera que hablaba, porque dejó el aparato en su bolsillo mientras se echaba boca arriba en la cama.
Su remera verde se levantó unos centímetros ofreciendo una pequeña vista de su boxer gris, y Frank se sorprendió prestándole demasiada atención a la tela y las arrugas de su ropa. Alejó la mirada, procurando distraerse con algo más, y maldiciendo por dentro a esa chica que lo había dejado solo y…
“Bueno, ¿y qué pedimos?” preguntó Gerard sentándose de vuelta en el colchón, con una expresión ansiosa que le ganó a Frank una sonrisa.
“Lo que quieras” respondió él encogiéndose de hombros, la verdad es que no tenía hambre. Su celular vibró otra vez y aunque sabía que no le convenía mirarlo, no logró contenerse.
Lisa – 21:46
“Lo siento, bebé, ¿estás enojado conmigo?”
¡Claro que estaba enojado con ella! Se había pasado la tarde entera haciéndole la vida imposible, mandándole mensajes inapropiados a cada momento, y llenándole la cabeza de imágenes de lo que sucedería más tarde, y a último momento, después de la cena y de las caricias inapropiadas por debajo de la mesa, cuando habían llegado el momento de llevar a la práctica lo dicho, Lisa tenía planes.

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La cosa más dulce | FRERARD OS
Short StoryN: Historia corta adaptada al Frerard. La historia tanto como los personajes no me pertenecen, todos los créditos al autor original.