Epílogo

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¡¡¡Sorpresa!!!

─¿Pero qué...?

Ingreso a mi hogar y soy recibido por unos gritos ensordecedores mientras soy bañado en confeti y espuma de fiesta.

Por supuesto, hoy es mi cumpleaños y esto es una fiesta sorpresa. Una vez que salgo del asombro, paseo mí mirada alrededor para ver quien ha invadido mi hogar: veo a mis padres acercarse para saludarme,

─Hijo mío, felicidades, te ves tan buen mozo y feliz. Agradezco a la vida que en tu camino haya puesto a una chica tan buena como Candice; sin duda es todo lo que tú necesitabas.

Oh si, mi madre adora a Candy, la trata como una hija más; a veces incluso he llegado a pensar que la prefiere antes que a mí; y créanme, que eso que digo está lejos de ser una queja, por lo contrario, me encanta que sea así.

─Muchas gracias madre, y si, lo sé, ella es el mejor regalo de la vida -abrazo a mi madre y beso su frente ─y yo espero ser lo mejor para ella también.

−Por supuesto que es así, ¿Cómo puedes pensar de otra forma?, Aunque... por si las dudas consiéntela cada día; no tolerare a otra nuera ¡Te lo advierto!, antes prefiero cambiar de hijo.

─¡Lo sabía!, y tienes el descaro de decirlo en mi cumpleaños -menciono mientras hago un puchero. Mi madre sonríe, me da un golpecito en la mejilla y se aleja en busca de su recién adquirida «hija».

─Hijo, felicidades, me alegra saber que ahora tienes un hogar a donde llegar y que al fin has sentado cabeza.

Mi padre me da un fuerte abrazo y veo en sus ojos orgullo; ese orgullo que tienen todos los padres al saber que hicieron bien el trabajo al formar a sus hijos.

─Gracias papa, sabes que te amo y que todo lo que soy ahora es gracias a ustedes, mi familia.

─Lo sé, hijo... ah por cierto, opino igual que tu madre; no lo eches a perder ─me dice mientras endurece su rostro, para después sonreír de manera juguetona.

Vaya mi familia es excepcional. Y ahí viene la peor... sin más me da un abrazo de oso y me despeina el cabello mientras me dice:

─Felicidades Neal, sabes lo orgullosa que estoy de ti.

─¡Elisa!. ─intento arreglar un poco mi cabello─. ¿Nunca cambiarás verdad?

─Jamás, no quiero pensar que sería de tu vida sin mí. ─De repente me mira con sus ojos humedecidos─, ¿Sabes Neal? Nunca te lo dije, pero da mucho gusto que hayas hecho lo correcto, y lograste lo que muchos solo anhelan: amar y ser correspondido.

Yo dejé de escuchar lo que decía cuando vi que se aproximaba la mujer más hermosa del mundo, con su vestido negro entallado, sus labios rojos y su cabello suelto, toda una visión angelical. Y es toda mía.

─¿Interrumpo? ─menciona mientras toma mi brazo.

─Nunca. ─respondo mientras me acerco a besar sus labios.

─¿Podrían dejar de ser tan melosos?

─Lo siento Elisa, pero este es mi día y merezco que me mimen de todas las formas posibles. ─insinuó mirando a Candy en ese lenguaje tan nuestro que tenemos, sé que sabe lo que quiero de regalo.

─Ya dejen de pelear y vamos a cenar, sus padres nos están esperando.

La cena fue deliciosa. Cada reunión con mi familia estaba llena de esa armonía y aunque antes de conocer a Candy no lo valoraba, en la actualidad era otra mi percepción.

Mi rubia obsesiónWhere stories live. Discover now