Denic

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La luna llena brillaba en lo alto de la noche, destacando sobre las estrellas. Las estrellas eran meros títeres bajo sus pies.

El viento de las calles de Bradley, era áspero y frío.

Por la noche la niebla empezaba a adentrarse en el pueblo.

A las personas no les importaba, solo hacía que salieran como maniquíes, como máquinas controladas por alguien, para contemplar la noche tan brillante que realzaba la figura del castillo de Bradley.

Las aceras estaban repletas de niños jugando, jóvenes paseando y parejas yendo a las discotecas para despejarse de los problemas de la vida.

Una pareja, solo una, destacaba entre las demás.

Un chico vestido con un traje negro. Y una chica con un vestido rojo como el fuego.

Los demás se quedaban pasmados mirando sus figuras. No parecían seres de este planeta.

De pronto, la chica empezó a hacer ruidos extraños, como gruñidos y a reírse como maniática.

— Damas y caballeros — un foco de luz apareció por arte de magia y una figura sentada en lo alto de una casa de estilo románico se puso con los brazos abiertos — os presento a los hermanos Denic — y el foco se posicionó sobre la pareja.

Los hermanos se inclinaron haciendo una reverencia, esperando a que él individuo que los presentó, bajara con ellos para que empezase la actuación.

La figura rebosante de energía, se tiró desde lo alto de la casa y todos lo miraban con cara de horror.

¿Cómo es posible que cayera de pie, sin siquiera lastimarse?

Preguntas como esas no paraban de rondar por la cabeza de los visitantes. De los espectadores.

La figura negra, descendió sin problema, sin causar estragos, como un superhéroe pero, ¿era un héroe?

Cuando se quitó la máscara negra de su cara, caras de horror y espanto asomaron en los espectadores.

— Qué comience el Show — cuando dijo aquello. Una risa macabra inundó las calles de Bradley, y una lluvia de sangre empezó a caer sobre el asfalto.

Los Denic, y la figura, cuya cara era la de un perro con dientes afilados, capaz de destrozar a cualquiera, empezaron a jugar. Empezaron a actuar.

Todo aquello les resultaba divertido.

Ver como la sangre se manifestaba en sus manos, como las cabezas rodaban por las aceras, y cómo disfrutaban de comerse las entrañas de los niños. Los intestinos empezaron a volar por el cielo. Como un espectáculo de malabares.

Empezaron a jugar al rompecabezas. Consistía en ir juntando las partes de los cuerpos desmembrados, hasta formar una persona.

Cuando ya la tenían.

No podían evitar mover la mirada hacia arriba, hacer un corte de manga y sonreír al cielo con cara de triunfo.

— Que te den — señaló la Denic con el dedo medio de su mano hacia el cielo.

— Esto es muy divertido — comentó el Denic — solo espero que L no se descuide y nos sorprenda con una maravillosa demostración de poder, de aquello que tanto protegió de nosotros.

— Cuando la encontremos, pienso comérmela viva — sonrió el perro endemoniado.

— Todos queremos probarla — se lamieron los labios mientras de su boca sobresalían dientes afilados como cuchillas — se dice que su sangre puede curar a cualquiera — sonrieron perversamente — y que tiene poderes capaces de derrotar al mismo que se sitúa ahí arriba — señaló con el dedo del medio la señorita Denic.

— Más ganas de destrozarla y despedazarla me entran — la baba de la boca de Denic se desparramaba por el suelo, mezclándose con el rojo carmesí del esfalfo.

La luna empezó a ocultarse. Así como ellos tres desaparecieron, dejando cuerpos sin vida, regueros de sangre y partes desmembradas y descuartizadas por todo el suelo.

Las paredes del pueblo, estaban llenas de salpicaduras de sangre, las cabezas y cuerpos inertes sin reconocerse, ojos por las farolas, intestinos colgando de los escaparates de tiendas...

Era una noche oscura y siniestra.

Tal y como vinieron. Desaparecieron sin dejar rastro.

Solo un agente de policía que circulaba dando su paseo habitual por las calles, empezó a convulsionar y vomitar hasta que dio la alarma de inmediato. Gritaba y lloraba, como alguien a punto de volverse loco.

Tuvo que ser enviado a un psicólogo y acabó siendo internado.

Tan solo por ver aquella escena, acabó por quitarse la vida tras ver que no conseguía abandonarla de la cabeza.

~~~

¿Quienes eran esas personas? ¿Porqué habían hecho eso? ¿Qué era lo que buscaban?

Os dejo con este mini capítulo.

Espero que no haberos espantado.

Un abrazo,
Lisa.

Sin AlmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora