Regresar a ti.

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El auto se puso en marcha nuevamente dejando admirar el paisaje de la selva moderna llamada ciudad. 

Recorrimos aproximadamente por unos 15 minutos hasta que el recorrido finalizo en un edificio de 5 pisos a la vista la fachada estaba en buenas condiciones y un olor agradable de pinos recién cortados estaban en el aire, un llamativo cartel en luces neón intermitentes hacia desviar mi atención para no despegar mis ojos de él – La Posada- decía entre colores Azules y rojo , bajamos del auto, mientras yo seguía aferrada a mi mochila y el estúpido sobre, el oficial extendió su brazo para que me acercara a él.

- Adelante.

Abrió una puerta de vidrio dejando al descubierto una recepción pequeña, había una nevera de refrescos un sofá y unas sillas con el mismo estampado, un reloj de búho una barra de mármol gris brillante de limpieza, y un largo pasillo que dejaba a la vistas unas escaleras de barandal rojo, una campanilla hizo regresar mi mirada a la barra , él estaba con el brazo derecho apoyado con un otra mano en la cintura una puerta se abrió detrás de nosotros un chico de unos 18 o 19 de edad 1,85 más o menos y cabello de corte militar , pantalón de color negro y una camisa de una banda de Rock, la reconocí de inmediato, Peter tenia algunos póster en su habitación.

- ¿Noche, Días? – Cuestiono el chico mientras se ubicaba frente a una computadora y tecleaba algunas cosas.

- Noche, incluyendo el desayuno –Aseguro el oficial.

El chico fue detrás de la barra termino de teclear y luego anoto en un cuaderno, tomo una tarjeta y la paso al oficial, volvió a levantarse y a punto de irse, el oficial lo detiene.

- ¿Dorothea está en la ciudad?

Tras una suave negación de su cabeza el chico hablo.

- No, tuvo que viajar lo más probable es que regrese en la noche del miércoles, y solo hasta el jueves en la mañana estará aquí, ¿algo más? -

- Nada, ¿cuándo es todo? -

Mi presencia era limitada era como una pared más en la habitación, el oficial cuyo nombre desconocía hasta el minuto de ahora miro mis bolsillos, rápido busqué entre ellos una antigua cartera masculina como todo lo que llevaba encima y la saque, introduje mis dedos y deje al descubierto unos 5 billetes, el chico abrió los ojos casi a punto de salirse de sus orbita.

- Son solo 30 la noche y 10 más por las comidas. – Volvió a decir el recepcionista.

Son un total de 40, toma – Dijo el oficial, ignorando el dinero que ya había sacado antes.

El oficial saco 2 billetes de 20 el chico facturo y me dio la copia, la tome con la otra mano y guarde junto a los billetes, la tarjeta de acceso se deslizo suaves por el mármol una tablilla de madera delgada dejaban ver 201 de la habitación, el chico giro sobre sus talones y volvió a perderse tras una puerta la cual cerro, de igual manera quise desaparecer del lugar, pero antes de hacerlo note que el oficial me extendía algo, detuve mi fallido intento de huir para observarle.

- Esta es mi tarjeta, aquí está mi número móvil y el de mi casa puedes llamarme cada vez que quieras y te sientas insegura, por favor si algo sucede no dudes en llamarme – Note seriedad, conflicto interno y un dejo de súplica en sus palabras, afirme una sola vez aunque frunciendo el cejo por sus palabras.

- Muchas gracias, pero... -Respondí a voz baja. En la tarjeta que yacía en mi mano observe , Christian Bergling JEFE DE POLICÍA, unos números y la dirección de la comisaria, en aquel punto levante la mirada hasta su rostro, el esperaba por mi pregunta había enderezado su cuerpo dejando ver su entrenamiento riguroso, negué lentamente y sonreí, levante la tarjeta por gesto amable y y entonces si gire, apresure el paso para subir aquellas escaleras al final de pasillo lo suficientemente rápido para no ser alcanzada, ni por él, no por nadie más.

el pasillo casi infinito terminaba en una ventana que reflejaba las luces del letrero neón, a su lado una palmera ornamental de maceta roja y líneas verdes, baje mi mirada hasta la pared que empezaba, divise las puertas sobre estas estaban los números de las habitaciones plasmados con algún tipo de pintura, los números de las habitaciones cercanas a las escaleras eran los 207 y 208 por lo que la mía era justo al final del pasillo o eso pensaba , camine a ella y confirmar que era esa, normalmente las habitaciones tendrían un orden especifico, pero esta no, quedaba justo a la mitad de las demás habitaciones , introduje la llave por el picaporte deslizo suave, gire un par de veces y unos cuantos empujones con mi hombro, la puerta finalmente cedió, dejando al descubierto una habitación con un concentrado olor a desinfectante y cloro, el piso estaba cubierto de una alfombra oscura, no divisaba con claridad, solo una lámpara en el fondo daba luz amarilla a la pared de sus partes y al mueble que la sostenía, con mi mano busque un interruptor cerca pero no fue hasta casi frente de la lámpara que lo encontré, la alfombra era azul había una cama doble de edredón de rosas rojas y demás detalles en blanco, 2 nocheros a cada lado de ella, un televisor y el control remoto de este sobre la cama, un par de toallas sobre una silla , detrás de mí estaba el baño, encendí su luz . 2 lámparas largas de luz blanca iluminaron baldosas blancas y bien pulidas, lavabo y retrete en óptimas condiciones nada que destacar, 2 pequeños jabones en la mesa donde reposaban 4 toallas más alineadas perfectamente.

Matthew Thompson ¿Que otros secretos escondes? - Le preguntaba al sobre justo frente a mis ojos, di una media vuelta en la cama y quede con la vista a la pared del fondo media oscura y media iluminada por la lámpara, la compare con mi vida, media iluminada y medio oscura me preguntaba que había después de esta noche, ¿Realmente iba a cambiar mi vida? ¿Qué pasaba si solo dejaba esa estupidez de buscar '' mi vida'' y regresaba con los Smith? ¿Por qué no ser feliz en Graftown? Seguir mi plan de vida, graduarme de la escuela y trabajar en la ferretería con Robinson y Mike, luego de 3 años él podría aceptar la beca de estudios, me iría con él a alguna ciudad lejana y podríamos vivir felices, regresar a Graftown algún día y continuar nuestras vidas felices junto a los Smith ¿Por qué eso no podía ser una maldita buena idea? ¿Por qué estaba allí, acostada en una cama, en un hotel en una maldita ciudad de la que no conozco nada? Me odiaba por estar allí, me odiaba por querer huir y me odiaba aún más por no saber qué hacer en ese momento. Suspire frustrada una vez más y tras media vuelta más mire al teléfono en el nochero, solo una idea vino a mi mente, era lo mejor.

Sentada sobre el borde de la cama tome el teléfono inalámbrico, lo sujete con fuerza y entonces presione los botones, ¿Por qué me estaba costando tanto hacerlo?

El tono repicaba y repicaba, pero no era cortado, dije a mi misma que a la quinta vez lo colgaría y eso iba a hacer cuando la llamada se abrió, mi respiración se cortó, el pulso y mi corazón iban a mil por horas.

- ¿Hola? – Pregunto a voz suave, agotada y sin muchas ganas, verifiqué la hora, con seguridad estaba durmiendo, 'No debí hacerlo' me decía. - ¿Hola? ¿Alguien allí? – Volvió a cuestionar, quite el teléfono de mi rostro dispuesta a colgar. – Ally ¿Eres tú? – Escuche decir y eso basto para que mi corazón se detuviera por completo, una lagrima nuevamente interrumpió en mi mejilla, mi pecho se comprimió y no pude decir nada, no quería decir nada, o si, tenía miles de cosas por decirle, pero nada salir, el suspiro – 'Te extraño, Ally' – Murmuro suave, cuando su voz iba a continuar corte la llamada, deje el teléfono en el nochero y regrese a la cama.

Lo más doloroso de haber dejado Graftown no había sido dejar a mi familia atrás, lo más doloroso era saber que Mike no estaba a mi lado.

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⏰ Última actualización: Nov 04, 2019 ⏰

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