░༉ᬄྲྀ⃢𝓔𝓵𝓵𝓪 𝓷𝓸 𝓮𝓼 𝓽𝓾 𝓱𝓲𝓳𝓪

Dudas.

Y aquí fue cuando la situación se puso incómoda. Todos los presentes se sentaron en el sofá que adornaba el salón mientras que hablaban entre susurros y otros tantos felicitaban a Aitana.

Luis no hizo ninguna de esas dos cosas. Miraba al suelo atónico, sin poder creer que estaba pasando. Que Aitana estaba embarazada.

Aunque bueno, si ella era feliz supongo que tendrían que ser feliz ellos con la decisión que ella había tomado, por muy joven que la benjamina sea.

Las siguientes horas siguieron amargadas por la noticia. Ni un alma podía tomar alcohol o incluso tocar a la pequeña por miedo. De todas formas, Aitana volvió a tomar asiento mientras que los demás se quedaban en la cocina o en el pasillo. Ricky intentaba animar a sus invitados aunque poco efecto daba.

Miriam se acercó a su amiga mientras que suspiraba, agustiada.

— Aitana, – La llamó –  ¿de cuántos meses estás?

— 2 meses – Contestó a la vez que volteba a mirar a su contraria con pesadez en su voz.

Miriam volvió a tomar una bocanada de aire y la abrazó. Y supongo que eso era lo que Aitana necesitaba. Un abrazo la verdad, nunca hace daño a un alma.

— Miriam.

— Dime – Contestó a su llamada mientras que se separaba de Aitana.

— La niña, no es de Miguel. – Explicó bajando su voz.

Miriam la miró extrañada.

— ¿Y entonces?

Aitana miró hacia sus lados, nerviosa por si alguien se atrevía a escuchar la conversación de ellas.
Aitana podía confiar ciegamente en la gallega.

— De... – Hizo una pausa– Luis.

Y así pasaron los meses, hasta que finalmente, el bebé de los triunfitos nació el 26 de Julio, así que sí, arruinó un poco las vacaciones de la 'pareja'. Aitana decidió ponerle a la pequeña el nombre de Belén, igual que su madre. Desde pequeña siempre había soñado con ponerle a su hijx el mismo nombre de sus padres así que así fue. Belén nació sana y salva, haciendo que la pareja de benjamines se alegrara.
Miguel fue el primero en tomar a la niña mientras que jugaba con la barriga de Belén, haciendo que llorara. La catalana lo miró mal para luego tomar a su hija (y la de Luis) y tomarla en sus brazos hasta que finalmente pudo ver sus ojos.

Eran exactamente iguales que los de Luis, sólo que tenían alguna que otra mancha verde por el iris.

— ¿No debería tener los ojos azules o verdes? –Preguntó Miguel.

Aitana lo ignoró y tocó la delicada cabeza de la pequeña hasta que finalmente Belén se dio por vencida y cayó dormida. No muy tarde, ya entraron los familiares de la pareja y más tarde los amigos y por último los de operación triunfo.
Para éstos invitados, Aitana pidió a Miguel que se retirara y gracias a Dios, Miguel salió de la habitación.

— ¡Ay Dios mío de mi vida, la mini Sister está aquí! –Exclamó Roi mientras que Amaia se reía a carcajada limpia.

— Déjamela tomar en brazos, anda~ –Suplicó de nuevo Roi haciendo que ella accediera.

Roi la miró mientras que jugaba con los dedos de la niña, y por su suerte, Belén rió. Luego, se la pasó a Cepeda, que se encontraba mirando hacia la cuna en donde descansaría la bebé. La tomó con cuidado y Miriam y Ana miraron a Aitana, la cual palidecía por instantes.

— Cepeda, ¿me puedes dar a Belén? Es que, ya sabes luego se cansa... – Excusó.

Pero Luis la calló.

— No hace falta que te inventes éso Aitana. Sé que no quieres que tu ex tome a tu hija, lo entiendo. –Dijo tranquilamente para depositar a la pequeña en los brazos de la benjamina.

— Pues se parece a ti, Cepeda. –Rió Amaia– A Miguel no se parece ni en un pelo.

— Será coincidencia –Comentó Mireya uniéndose a la conversación.

Aitana agradeció a Mireya de sacarla de aquel buque.

De todas formas, Luis se quedó un rato más con ellas, hasta que Belén y Aitana quedaron dormidas, así que Luis se acercó a Aitana y dejando un beso en el flequillo de la pequeña, el gallego se despidió.